En 1984, empecé a trabajar en proyectos de música experimental y fue alucinante empezar a conocer de cerca el Dadaísmo, el Fluxus, John Cage, Yoko Ono, Mario Lavista, Rodolfo Halffter, Simón Tapia Colman, entre todos ellos conocí a Conlon Nancarrow.
Hoy tuve una necesidad de escribir y de volver a escribir de Conlon, fue en el 2010 que le hice una especie de homenaje en la Fonoteca Nacional dentro del Festival Play que yo dirigía en aquella época. Un festival que exploraba la falta de traducción de la palabra “Play” al español. Conlon Nancarrow es un personaje, misterioso, privado, recluido en su casa de las Águilas, en CDMX, construida por Juan O´gorman. Su proceso de actitud se debe de estudiar cuidadosamente, en aquella época el título de esa exposición y concierto en la Fonoteca era “Música para máquinas, Música para humanos” y la curaduría tenía la tesis de que Conlon era en realidad un artista multimedia, quizá una manera de definir la prehistoria de la música electrónica, anterior al chip de silicio o los samplers.
Nancarrow, mexicano, nacido en Texarkana, Arkansas, en 1912, estudia ingeniería en Vanderbilt, y luego decide estudiar aspectos muy particulares de composición musical con Roger Sessions, Nicolas Slinomisky, Shoenberg, viaja a Europa como trompetista de una banda de Jazz en 1936, se va a luchar contra Franco, uniéndose a la Brigada Lincoln, la misma donde estuvo Ernest Hemingway, en la Guerra Civil Española (1936-39). Conlon se enlistó en el partido comunista desde 1933 y es acosado por su propio gobierno e inclusive pierde su nacionalidad. En 1940 el gobierno de los Estados Unidos decide no renovar su pasaporte por sus tendencias socialistas. En 1956 de vuelve ciudadano mexicano.
Le atrae el Jazz, su carrera en la música inicia como un trompetista de Jazz y luego se dedica a la composición de piano. Frustrado por las limitaciones humanas, a mediados de los 30s se encontró que los ejecutantes pianistas de sus obras, “Toccata para violín y piano” y “Preludio y Blues” compuestas en 1935, no las podían tocar a la velocidad y claridad que él quería. Compra dos pianolas Ampic y las modifica. En el 2010, para el Festival Play, mandamos a hacer 6 rollos de pianola en Alemania y conseguimos una pianola Ampic, al tratar de hacer el concierto, en la Fonoteca, nos dimos cuenta que las piezas iban un 30% atrasadas. Nancarrow había modificado las pianolas y las había hecho 30% más rápidas. La otra teoría de la velocidad de la pieza es el de manipular la grabadora de cinta magnética y hacer la pieza más rápida.
Conlon Nancarrow es famoso por sus composiciones para pianola, una especie de piano mecánico. Utilizó esta tecnología para crear obras extremadamente complejas y rítmicamente intrincadas que serían difíciles de tocar para un pianista humano. Sus composiciones son fascinantes ejemplos de la experimentación musical del siglo XX.
Algunas de las obras más conocidas de Conlon Nancarrow para pianola incluyen las “Study for Player Piano” (Estudios para Piano Mecánico), una serie de piezas que exploran ritmos complejos, polirritmos y contrapunto. Cada estudio es un mundo sonoro único, desafiando las capacidades técnicas del instrumento y ofreciendo una experiencia auditiva única. Además, sus composiciones para pianola destacan por su enfoque en la percusión y la repetición, creando texturas sonoras densas y ritmos hipnóticos.
Conlon tambi´pen escribe para que humanos interpreten su obra. El grupo Continuum en Nueva York ha grabado e interpretado gran parte de la obra para humanos de Conlon.
Gustav Mahler, Camille Saint-Saens, Edvard Grieg, Teresa Carreño, Claude Debussy, Manuel de Falla, Scott Joplin, Sergei Prokofiev, Alexander Scraibin, son algunos de los músicos que han usado el recurso del rollo de la pianola para grabar su música, muy distinto a componer para pianola.
La música grabada de Nancarrow fue encontrada por accidente en una tienda FNAC en Europa, un disco escuchado por un músico húngaro llamado Ligeti, también emigrado, de Hungría a Austria, que logró mucho de su visibilidad gracias a Stanley Kubrik que uso su música en 2001 Odisea del Espacio. Ligeti se emociona con esto nuevo, increíble que está escuchando y se vuelve un promotor incansable de Nancarrow .
Conlon Nancarrow escribió más de 40 partituras para pianola, y lo importante del asunto es notar que estaba haciendo “tarjetas perforadas”, lo mismo que se usaba para las computadoras. Es decir Conlon intuía el futuro y construyó máquinas o robots que pudieran tocar sus composiciones más allá de la melodía, llegando al tono de la naturaleza.
Es todo un viaje tratar de ver un concierto de sus piezas, inclusive él mismo recurría a la grabadora de cinta magnética como una manera de conservar la pureza, velocidad y exactitud de la interpretación. Cuando nosotros lo hicimos en la fonoteca, usamos la pianola como un contrapunto y tocamos inmediatamente después la pieza grabada en CD. La música era además en sí misma una pieza de ingeniería. Brian Eno en una conferencia en el Teatro de la Ciudad en CDMX, dijo, la música grabada debiera ser otro arte, de la misma manera que el teatro grabado en video o en cine es otro arte. Así la obra de Nancarrow fácilmente requiere de una nueva manera de escucharla.
Todos los materiales, incluyendo los rollos originales, biblioteca, pianola, instrumentos, documentos y objetos de su casa de la Águilas están ahora en Basel, en la Paul Sacher Foundation.
El arte en México es como una gran flota de trasatlánticos efectivamente con nuestras banderas, águilas devorando una serpiente en cada una, llenos de fabulosos contenidos culturales que no tienen puerto donde atracar. Todos esos buques llenos de talento atracan en cualquier otro lugar. México es una contradicción constante en el trato a cada uno de sus talentos.
Conlon Nancarrow es motivo de estudio y de estudio cuidadoso, por los estudiantes de ingeniería, de computo, de música y de composición e inspirando aquellas personas de otros campos pero que aman la música y la actitud de exploración. No solamente por entender qué hizo, sino qué exactamente es el factor de entendimiento de adelantarse 60 años y provocar una sociedad que pueda producir ese orden mental que permite que el futuro pueda ser planeado desde el presente. Y el día de hoy tener pensadores que estén viendo el futuro desde un punto de vista estético, el México del 2084.