En el proceso desinflacionario actual, la inflación general pasó de un pico de 8.70 por ciento en septiembre de 2022 a 4.42 por ciento en marzo de 2024, nivel ya en línea con el promedio histórico de los últimos 15 años, de 4.50 por ciento, explicó el organismo en una nota especial.
A pesar de lo anterior, la disminución en la inflación no ha sido homogénea, ya que se han registrado diferencias importantes en los distintos componentes con reducciones muy marcadas en mercancías y elevada persistencia en servicios, explicó.
Agregó que este comportamiento diferenciado se refleja en la inflación que enfrenta cada hogar dependiendo su patrón de gasto, el cual tiene similitudes con los rangos de ingresos.
Los rubros dentro de los cuales la inflación ha sido mayor para este grupo de familias son alimentos y bebidas, bebidas alcohólicas y tabaco, y salud, con brechas mayores respecto de la inflación total durante la pandemia y el reciente pico inflacionario, expuso.
Aunque lo anterior se ha compensado ligeramente por una inflación en educación y transporte mayor en los hogares con gasto más elevado, la inflación en transporte recientemente ha sido mayor para los hogares de menores ingresos, explicó la institución.
“Generalmente los hogares en los deciles más bajos de ingreso y gasto suelen ser más vulnerables a los procesos inflacionarios, porque mantienen una alta proporción de sus recursos en efectivo y carecen de acceso al sistema financiero formal, lo que limita sus alternativas para protegerse de la erosión de sus ingresos provocada por la inflación.
“De aquí que aumentos en la inflación tienden a afectar en mayor medida a los hogares con menores ingresos, es decir, tiene efectos similares a los de un impuesto regresivo”, aseveró.
En el caso de familias de ingresos medios, con mayor inclusión financiera y participación en el sector formal, la inflación puede o no funcionar como un impuesto, dependiendo de los incrementos de los salarios en relación con la inflación, de acuerdo con la institución.