Por una #SociedadHorizontal ¡Que actúe!
En torno al proceso electoral, uno de los asuntos que más han llamado la atención, han sido las recientes declaraciones realizadas por el presidente López Obrador. El mandatario advirtió que anular la elección del 2 de junio equivaldría a un “golpe de Estado técnico” y sería como “soltar muchos tigres”. Este comentario se dio luego que el mandatario fue cuestionado si moderaría su discurso ante las más de 40 denuncias en su contra por violar la ley electoral.
La declaración preocupa, pues no se entiende desde qué ángulo la realiza AMLO. ¿Realmente el mandatario cuenta con información de que algún grupo o grupos, intentan desestabilizar el proceso electoral? ¿Los dichos presidenciales tienen la intención de confundir y adelantar alguna intención propia? No sabemos, no obstante, es un juego delicado.
Santiago Creel, coordinador de la campaña presidencial de la oposición, acusó que el mandatario federal busca generar un sentimiento de miedo. Por su parte, el Partido del Trabajo acusó en la sesión del INE, que la oposición intenta generar la percepción de que la elección del 2 de junio está en riesgo. Frente a este jaloneo, los consejeros electorales coincidieron en señalar que la elección no está en riesgo. Sin embargo, cabe señalar que desde el propio INE, se han presentado reclamos de que algunas instancias, como la Unidad de Inteligencia Financiera y el sistema de Administración Tributaria, ha habido bloqueos a la labor de fiscalización del instituto.
Las declaraciones realizadas por López Obrador, a lo largo de las últimas semanas, han propiciado que el INE le ordenara modificar o eliminar siete conferencias matutinas de febrero y marzo en las que también hizo difusión de propaganda gubernamental en época de campañas. En su propia defensa, el titular del Ejecutivo ha rechazado dichos señalamientos y ha acusado que se trata de un intento de censura por parte del árbitro electoral. Desde la prensa, hay quienes le reclaman a AMLO que fue precisamente él quien, en su carácter de opositor, impulsó el marco legal vigente, después de la elección del 2006.
Hasta hoy el recuento indica que, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha acumulado 48 quejas ante el INE por no respetar la ley desde que inició el año electoral. Lo anterior, desde septiembre de 2023, hasta finales del mes de marzo, de acuerdo con los conteos de la Comisión de Quejas y Denuncias. El tabasqueño se ha quejado de que “el INE ya es la Santa Inquisición”. La mencionada comisión del árbitro electoral, le ordenó bajar cinco conferencias y se le conminó a abstenerse de hacer pronunciamientos electorales a favor o en contra.
¿Porqué insistiría AMLO en hacer ese tipo de declaraciones? Si es que las encuestas son ciertas, al llevar la delantera su candidata, no hay razón para ese tipo de apoyo. ¿Es que acaso tiene “otros datos” y la contienda está más cerrada? Cabe señalar que de continuar con dicha posición, la insistencia declarativa desde Palacio Nacional, podría aportar materia suficiente para que el equipo de campaña de Xóchitl, impugnara los resultados electores tanto frente a instancias nacionales como internacionales.
¿Se trata de una estrategia o un descuido reiterado? ¿Acaso pretende anticiparse a algún movimiento en caso de que sus detractores quisieran distorsionar el proceso electoral? ¿O son para vacunar algún movimiento de sus correligionarios, en caso de que no salgan bien en la elección? Lo cierto es que su actitud enrarece el ambiente.
Algunos expertos han recordado que en 2006, fue el propio López Obrador quien exigió que se anulara el proceso electoral debido a la intervención que tuvo el entonces titular del ejecutivo federal, Vicente Fox. ¿Se pretende el mismo camino? Otros analistas, han recordado que para anular una elección, basta con “descarrilar” el 20% de las casillas instaladas. ¿Quién podría llevar a cabo tal acción? ¿Grupos de interés que se sientan en riesgo, sean nacionales o extranjeros? ¿Algún partido u organización política? ¿El crimen organizado?
Sirvan estas reflexiones para insistir en que la #SociedadHorizontal deberá estar atenta. Episodios como el ocurrido en Ecuador, donde el debate público apunta a la protección de un ex presidente, presuntamente relacionado con los Cárteles Mexicanos, profundizará la narrativa de que organizaciones como la DEA intentan desestabilizar al gobierno mexicano. En ese contexto, la verdadera pregunta que habría que responder sería: “¿Cuándo el río suena, es que agua lleva?”