En México, el gasto en salud es poco y está mal aplicado, consideran especialistas a partir del informe Health at a Glance 2023 de la OCDE.
Mientras países de la OCDE gastan en promedio 67 mil pesos per cápita, México destina 10 mil pesos y esa brecha se amplía cuando el acceso a servicios de salud se da a través del IMSS-Bienestar, donde sólo se destinan 4 mil pesos.
El modelo Dinamarca, al que aspiraba el Presidente López Obrador al inicio de su sexenio, destina 91 mil pesos per cápita, de acuerdo con el estudio.
“Esto significa que el gasto en salud promedio de países de la OCDE es seis veces más al gasto que tiene México; pero si estoy en el IMSS-Bienestar el gasto de la OCDE es 16 veces más”, consideró Judith Méndez, directora adjunta de Investigación en el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Aunque admitió que en la actual Administración hubo un ligero aumento en el gasto per cápita en salud para personas sin seguridad social, que actualmente atiende el IMSS-Bienestar, fue de apenas 466 pesos. Con el Insabi, en 2023, era de 3 mil 641 pesos.
Méndez consideró que la reforma actual en salud para la creación de IMSS-Bienestar con el propósito de universalizar la salud, así como sucedió con la fundación del Insabi e incluso, del Seguro Popular, ha carecido de un presupuesto suficiente y sostenible.
En las últimas dos décadas, México ha atravesado por tres grandes reformas con el objetivo de universalizar la salud; sin embargo, esto no ha implicado mayores recursos.
“La primera en 2005, con la creación del Seguro Popular; la segunda, en 2019, con la fundación del IMSS-Bienestar, y la tercera en 2023, con la creación del OPD IMSS-Bienestar.
“Cada una de las modificaciones careció, en mayor o menor medida, de una de las variables fundamentales para avanzar en cobertura universal, que es presupuesto suficiente y sostenible”, indicó.
La investigadora señaló que el compromiso de la actual Administración fue incrementar en un punto del PIB el gasto en salud, pero entre 2018 y 2023 el aumento fue de apenas 0.4 por ciento.
Explicó que aunque se elevó el gasto en salud, no se aplicaron correctamente los recursos; además, este ligero incremento del PIB, no alcanza a compensar la brecha de más de tres puntos del PIB en el gasto en salud y hay un retraso de 20 años.
“La inversión tendría que ser sustancial para poder aumentar la atención, pero aparte de que traemos esta brecha cuando lo vemos al interior (de susbsistemas de salud) las desigualdades se mantienen”, indicó.
En medio de ese contexto de bajo presupuesto, la población sin acceso a servicios de salud en el País se ha disparado en los últimos años.
De acuerdo con los datos del Coneval, los mexicanos que no cuentan con servicios de salud pasaron de 16.2 por ciento de la población en 2018 a 39.1 en 2022. Esto es que el número de personas con esa carencia creció de 20.1 millones en 2018 a 50.4 millones en 2022.