Las viejas plantas de refinación de Pemex perdieron en los últimos cinco años de operaciones más de 800 mil millones de pesos.
Aunado a los problemas de contaminación de las plantas, la subsidiaria de Pemex encargada de refinación y producción de combustibles, Pemex Transformación Industrial (TRI) registró solo el año pasado pérdidas por 74 mil millones de pesos.
Información de la petrolera y un análisis de Carlos Ramírez, consultor económico de Integralia, exponen este daño que se agiganta si se considera que el País importa 70 por ciento de la gasolina que consume.
El año 2020 fue el que mayores pérdidas tuvo, con un saldo negativo de 263.9 mil millones de pesos.
Ramírez explicó que, en el mundo, el negocio de la refinación tiene márgenes de ganancia pequeños y que operar con eficiencia es lo que marca la diferencia entre las ganancias y las pérdidas.
“Algunas refinerías o sistemas nacionales son más eficientes que otras porque hay diferencias contrastantes en la productividad de unas y otras, hay varios factores que definen esos márgenes de ganancia en la refinación, principalmente el estado de los ‘fierros'”.
“Si tienes ‘fierros’ muy viejos, con tecnología atrasada, no van a ser rentables. Si bien las refinerías tienen vidas productivas largas, una refinería con una tecnología más avanzada marca la diferencia y el problema es que nuestro Sistema Nacional de Refinación tiene características que lo hacen casi, inevitablemente, perdedoras”, apuntó.
Ramírez dijo que las refinerías de Pemex tienen equipos con muchos años de operación, con tecnologías muy atrasadas respecto a las condiciones que se tienen en otros complejos a nivel mundial.
Tan sólo la integración de las plantas coquizadoras -que pueden aprovechar de mejor forma el crudo pesado que se les inyecta-, anunciadas por esta Administración para las refinerías de Tula y Salina Cruz, se espera estén listas para finales del sexenio o inicios del 2025.
Dichos equipos, expuso Ramírez, ayudan a que a la hora de procesar el crudo se generen productos de alto valor como gasolinas o diésel, y no residuales como el combustóleo.
Arturo Carranza, experto en temas de energía, explicó que las pérdidas que Pemex reporta en el negocio de refinación se explican por el deterioro de los equipos y la relación de Pemex con su sindicato.
“Estos esquemas son muy rígidos y no permiten mover con la flexibilidad suficiente a los trabajadores que, por razones de la dinámica de operación, no tienen materia de trabajo dentro de estas plantas”, puntualizó.
Aunque el actual sexenio está por concluir en unos meses, el fin de semana AMLO aseguró que ni ahora ni en el futuro se cerrarán las refinerías de Cadereyta y Ciudad Madero, como lo propone la candidata Xóchitl Gálvez.
Pide AMLO -sus- datos sobre la contaminaciónPor segundo día consecutivo, Andrés Manuel López Obrador salió ayer en defensa de la refinería de Cadereyta y ordenó al director de Pemex, Octavio Romero, presentar un informe que demostrará que las emisiones están por debajo de la norma.
El sábado pasado, la candidata Xóchitl Gálvez prometió cerrar la refinería por contaminante y retó a AMLO a transparentar las emisiones. El Presidente sostuvo que otras industrias contaminan más en Monterrey.
“Para los de Cadereyta y de Nuevo León, que es gente muy inteligente, para que no los manipulen, se les van a presentar todos los datos sobre las emisiones que produce la refinería y no está fuera de la norma, está por abajo”, apuntó en su mañanera.
Dijo que él estima que la transición a energías limpias tardará 30 años.