El Presidente Andrés Manuel López Obrador extendió la fecha de entrega del Tren Maya a una paraestatal militar hasta el 12 de septiembre, y aclaró que las zonas arqueológicas y sus centros de atención a visitantes quedarán bajo control del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El Ejecutivo derogó ayer por la tarde el decreto del 31 de agosto de 2023, en el que había fijado el 31 de diciembre de ese año, como límite para la transferencia del proyecto por parte de Fonatur hacia la empresa castrense Tren Maya S.A.
El nuevo decreto no sólo cambia las fechas. Ahora, son cuatro dependencias y paraestatales distintas las que quedan como titulares de los bienes y asignaciones relacionados con la mega obra.
Los militares tendrán la asignación y operación del tren y los seis hoteles que están en construcción en varios puntos del recorrido, pero estos últimos, bajo control de GAFSACOMM, una paraestatal distinta a Tren Maya S.A., que también opera doce aeropuertos.
La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) es la titular de todos los inmuebles expropiados para la vía de comunicación, pues se trata de bienes nacionales.
Por su parte, el INAH se queda con el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas y los centros de atención a visitantes. El decreto de 2023 no mencionaba este tema.
Si bien los militares han intervenido en el Tren Maya por lo menos desde enero de 2022, el Presupuesto de Egresos de 2024 es el primero en que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) recibe el dinero para el proyecto.
Dichos fondos incluyen 120 mil millones de pesos para terminar la obra, 5 mil 674 millones de subsidio para Tren Maya S.A., y lo que reciba un fideicomiso que concentra el pago de turistas extranjeros por ingresar al país, que en enero ya tenía más de 8 mil millones de pesos.
El nuevo decreto, sin embargo, deja a Fonatur a cargo de múltiples pendientes, entre ellos, litigar decenas de amparos contra el proyecto, atender observaciones de la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública, e incluso la obra misma y los pagos respectivos.
“Fonatur Tren Maya debe dar continuidad, hasta el 12 de septiembre de 2024, a las obras relativas a la plataforma compuesta por la base de la vía, los durmientes, los rieles, el balasto, entre otros; los cruces superiores e inferiores; los talleres y cocheras; las bases de mantenimiento; las estaciones y edificaciones”, ordena el decreto.
“Fonatur Tren Maya debe realizar los pagos respecto de los trabajos ejecutados de las obras en fecha anterior a la entrega recepción”, agrega.
Fonatur ya no tiene presupuesto para el Tren Maya, por lo tendrá que pedir a Sedena los recursos para las obras, contrario a lo que sucedió en 2022 y 2023, cuando Fonatur transfería dinero a los militares.
El 1 de octubre inicia el nuevo gobierno, y para entonces, cualquier pendiente del proyecto será responsabilidad de la Sedena.
López Obrador inauguró en diciembre los tramos Uno a Cuatro-hasta ahora, con un promedio diario de 928 pasajeros–, así como el Cinco Norte el jueves pasado, pero existe una orden judicial para detener las obras del Cinco Sur.
Los tramos Seis y Siete serán abiertos después de las elecciones del 2 de junio. Se estima que la obra costará más de 500 mil millones de pesos, pero Fonatur reservó hasta 2027 la información precisa.