La semana pasada se dio a conocer el Inventario estatal de emisiones contaminantes criterio base 2021, por parte de la SEDESU, y que dicho de manera resumida, los resultados son los siguientes:
Para el año 2021 se emitieron en el estado de Querétaro un total de
9,353.96 toneladas de PM10
6,496.86 toneladas de PM2.5
2,197.05 toneladas de SO2
150,277.31 toneladas de CO
46,898.42 toneladas de NOx
96,024.62 toneladas de COV
19,310.52 toneladas de NH3
969.14 toneladas de CN
Sin duda alguna la mayor parte de emisiones contaminantes de acuerdo al listado anterior, se coloca en el monoxido de carbono CO, que son emitidas principalmente por vehículos automotores de combustión fosil (gasolinas y diesel), lo cual no significa que hayan otras fuentes de emisiones distintas.
El Inventario nos queda a deber, la tendencia que ha seguido desde el anterior Inventario de gases de efecto invernadero y la estimación per capita.
No obstante, se conoce que parte de estos contaminantes contribuyen al cambio climático y en los efectos que tienen en la salud humana y los ecosistemas.
Mejorar o disminuir los contaminantes que impactan la calidad del aire, se traduce en una mejora de las emisiones contaminantes en la atmósfera de efecto invernadero, donde la eficiencia juega un rol destacado.
Hay una relación estrecha entre contaminantes de la calidad del aire y el cambio climático, por ello, debemos tomar en cuenta que el tiempo para llevar a cabo acciones de reducción o mitigación es hoy en día un asunto clave, para evitar un posible colapso.
Dos de los principales problemas ambientales del planeta, el cambio climático y la contaminación del aire, tienen relación entre sí. En primer lugar, el cambio climático se produce por la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), principalmente por el dióxido de carbono (CO2), pero también por otros gases como el metano (CH4) o el óxido nitroso (N2O), y provoca el aumento de la temperatura global del planeta. Por su parte, la contaminación del aire es la presencia en el aire de sustancias o partículas que implican riesgo, daño o molestia para el ser humano, la flora o la fauna.
Y nos preguntamos ¿Cómo se conectan? Pues bien, el incremento de la emisión de CO2 provoca el calentamiento global que deriva en el cambio climático y por consiguiente provoca los efectos climáticos adversos como olas de calor, sequía, inundaciones, etc. Los contaminantes climáticos de vida corta (CCVC) son agentes atmosféricos que contribuyen al cambio climático y deterioran la calidad del aire. Se les llama así porque tienen una vida útil relativamente corta en la atmósfera, entre estos se encuentran el carbono negro, metano y ozono troposférico. Estos contaminantes también afectan la calidad del aire, aumentando el riesgo de padecer enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Cada hora, día, semana, mes y año cuenta, para cumplir las metas y sobre todo para re-orientar la trayectoria que llevamos de incremento de la temperatura hacia el 2030. El Inventario del que se habla, nos da un conjunto de pistas sobre todo, de qué contaminante criterio de la calidad del aire es el principal y cuál es su fuente primordial, para ahí llevar a cabo acciones de control, eficiencia y en última instancia de reducción o mitigación, por ello, es importante contar con medidas de regulación, vigilancia e imposición de costos económicos dentro de los próximos 3 años.
El tiempo es un bien escaso para estos asuntos estratégicos ambientales, pues una vez que rebasemos los límites, estaremos un punto de no retorno, y hagamos lo que hagamos, ya no servirá de nada, de ahí del actual hoy y no posponer el conjunto de medidas necesarias.
Frente a la actuación del Greenwashing (lavado verde), la crítica de la sociedad se torno dura, para eliminar esta práctica no deseable, que equivale a una simulación, pero hoy en día, se ha renovado para llevar a cabo lo que se conoce como Greenhushing (ocultamiento de metas climáticas), pues bien, puede haber empresas que lleven a cabo una gestión ambiental e incluso paguen sus impuestos verdes, pero ocultan sus metas o compromisos climáticos para un determinado tiempo, lo que provoca que no se vaya en la dirección deseada de mitigación del cambio climático en cuanto a cumplir las metas trazadas internacionales o nacionales, para un determinado tiempo, optando por el silencio estratégico.
Los actores, sean privados o públicos, frente al escrutinio de inversores, clientes y medios de comunicación optan por esconder, ocultar o silenciar su comunicación sobre sus metas climáticas, lo que les da mayor ventaja en el mercado frente a sus competidores a costa de desvanecer las acciones para cumplir las metas climáticas. Así también tales actores, optan por tal práctica pensando en eludir posibles demandas como las de Nike y Delta Air Lines (sucedidas el año pasado por afirmaciones cuestionables sobre sus impactos ambientales)
Ante tal situación, tanto ambientalistas como organizaciones especializadas (como South Pole) realizan estudios en diferentes países para documentar tal práctica nociva de silencio.
Esperamos que en el estado de Querétaro, no se den este tipo de prácticas nocivas en relación con las emisiones contaminantes de la calidad del aire y de efecto invernadero, y que por el contrario, los actores, privados y públicos, comuniquen sus acciones tendientes a cumplir con determinadas metas climáticas para un tiempo determinado (2030).
Estamos en una emergencia climática y todos nuestros pasos deben dirigirse a las soluciones de manera urgente.