Nora Angélica Castro Montes
“Niñas Sephora” ¿Empoderando la belleza desde la inocencia? O ¿El robo de la infancia al exponer a las niñas a estándares de belleza poco realistas?
Muy seguramente has escuchado o has visto los videos virales en TikTok de niñas entre 8 y 13 años que ingresan a la conocida tienda de cosméticos, haciendo mal uso o destruyendo los probadores y exigiendo a sus padres la compra de los productos a costos elevados.
¿Cómo, por qué, para qué? ¿Quién es el responsable? ¿Las marcas, las niñas de 7 u 8 años haciendo videos (“Maquíllate conmigo” y “Cuídate de tu cara como yo”) o los padres?
Podríamos reflexionar de una forma optimista, sobre el empoderamiento temprano, no solo redefiniendo cómo las niñas se relacionan con la belleza, sino también la importancia de fomentar la creatividad y la confianza desde una edad temprana, enseñarles a abrazar su singularidad, conectándolas con su autoimagen y autoestima. Este fenómeno puede desafiar los estereotipos convencionales de belleza y género, el impacto de la percepción de las niñas sobre su propia identidad y en la sociedad en general, siendo los mismos padres quienes apoyen de manera positiva la autoexpresión. El punto es ¿Cómo garantizar que estas experiencias sean saludables psicoemocionalmente para ellas? Esta pregunta nos invita a pensar sobre la evolución del autocuidado y la belleza, viéndolo como una oportunidad para nutrir la autoestima y confianza desde una edad temprana.
Por otro lado, si analizamos que entre la intersección de la inocencia y el consumismo surge la crítica a la exposición temprana de cremas que pueden llegar a contener en sus fórmulas ácido glicólico, ácido retinoico, ácido salicílico, productos que a esta edad pueden llegar a dañar la piel de su cara, además de hacer un gasto que va desde $500 hasta más de $4000 pesos MN por frasco, considerando que las “Niñas Sephora” son parte de campañas publicitarias, que comercializan la idea de la belleza desde una edad temprana, exponiéndolas a tener falsas expectativas de aceptación en un mundo que exige estándares estéticos inadecuados y poco realistas para estas edades, contribuyendo inadvertidamente a la formación de una identidad basada en la apariencia, por lo que la introducción temprana al consumismo de belleza, puede aumentar la presión social sobre las niñas para que cumplan estos estándares, generando altos niveles de ansiedad y frustración, pudiendo llegar a trastornos depresivos cuando no logran sus expectativas.
Entonces enfoquemos la atención en la responsabilidad que debemos tener nosotros como padres, examinando que las decisiones de consumo y la permisividad influyen en la percepción de la belleza y el valor personal de nuestras hijas. Fomentemos alternativas educativas de autocuidado, autoexpresión y autoconfianza, sin caer en trampas de marketing, evitando este consumo desenfrenado.
Las “Niñas Sephora” reflejan una realidad preocupante, por lo que es imperativo tomarse el tiempo para hacer un análisis crítico, aclaro este artículo no busca satanizar la exploración de la belleza, sino que hace un llamado a la conciencia sobre las implicaciones del consumismo en estas edades, abogando por un enfoque más equilibrado y armonioso, para acompañar más asertivamente a nuestras hijas en la infancia.
¿Cómo podemos proteger entonces la inocencia de las niñas en medio de un mundo cada vez más obsesionado con la estética superficial?
Dime tú, ¿Qué piensas?
Pediatra. Subdirección Estatal de Enseñanza. SESEQ.
casmonn@gmail.com