Desde que era una niña, en su natal Torreón, Coahuila, Cristina Rodlo soñó con actuar.
“En la primera temporada no ves a nadie parecido a mi personaje, así que nadie imagina que va a llegar para quedarse”.
Pero, para construir una carrera sólida, sabía que debía dejar el hogar.
Hacerse un nombre y un espacio que abarque títulos tanto en México (como Perdida) y en Estados Unidos (con Miss Bala: Sin Piedad), no ha sido sencillo, pero dice que todo vale la pena cuando entra a un set de grabación.
“Lo más difícil es estar lejos de casa, pero es parte de mi carrera, llevo lejos de casa 12 años. Esta carrera es de ser nómada y sé viene con eso. Aunque a veces pesa, cuando estoy en set todo lo vale”, reflexionó, en entrevista.
Frente a las cámaras, Rodlo de 33 años, ha sabido conquistar al mercado latino, pero sobre todo al estadounidense, pues alcanzó el sueño hollywoodense protagonizando la cinta Nadie Sale Con Vida (para Netflix) y con actuaciones especiales en series como The Terror y 68 Whiskey.
“Estoy en un momento muy afortunado en mi carrera y en mi vida. Desde hace muchos años he podido estar en un punto donde puedo escoger los proyectos, lo cual como actor es el sueño siempre”, sentenció.
Acostumbrada a los nuevos retos, se mudó a miles de kilómetros del sur de California, donde reside, a Budapest, Hungría, para integrarse al elenco de la segunda temporada de HALO, que llegará el 8 de febrero a Paramount+.
En nueve meses de rodaje, Rodlo aprendió a usar armas, recibió entrenamiento militar, de combate y sobre todo, agradece cada oportunidad que se le presenta.
“Cuando llegué aquí tuve un sentimiento de gratitud. Para esa niña chiquita que un día soñó con ser actriz fue impresionante. Le dí gracias a la vida, a Dios, y a todos por la oportunidad”.
Ver a una latina en una producción internacional es cada vez es más común, pero la actriz mexicana desafía los parámetros establecidos y los clichés con Talia Perez, una soldado que se une a las filas del Master Chief (Pablo Schreiber) por necesidad familiar.
“No es forzado, porque muchas veces se siente, metieron a la mexicana o metieron al latino, y aquí viene natural, como sería el mundo en miles de años, por eso justamente nunca se explica la nacionalidad, ni nada”, explicó.
Esta segunda entrega, donde David Wiener toma las riendas como showrunner y decide implementar el sazón latino al proyecto que retratará la caída del planeta Reach en manos del Covenant.
“David ama nuestra cultura, no sólo México, sino latinoamérica en general. Esta temporada se meten a los temas sensibles de todos los personajes, a las conexiones humanas.
“Con mi personaje, aunque no se dice de dónde es, conecto mucho porque es latina, la familia es lo más importante para ella como lo es para mí. Se une al ejército por una necesidad, para proveer a su familia, entonces tiene estos aspectos con los que puedes conectar fácil”, contó.
Del otro lado del mundo, Rodlo ha podido construir una nueva comunidad de amigos, conformada por Kiki Wolfkill, creadora del juego y productora del programa, así como del resto del elenco, el mismo Schreiber, Kate Kennedy, Bokeem Woodbine y el también recién llegado, Joseph Morgan, entre otros.
“Es un gran equipo y que te hace sentir en casa. Cuando uno llega a una serie así de grande piensas que va a haber mamones y gente que ya se le subió pero es todo lo contrario, los que están hasta arriba son los más sencillos, los que más te abrazan y te dicen: ‘Ven, vamos a hacer algo chingón’. Luego en esta carrera hay muchos egos, muchas envidias y aquí no”, resaltó.
La serie inspirada en el videojuego del mismo nombre es para la protagonista de El Vestido de la Novia un logro cumplido y la esperanza de seguir soñando tan grande como pueda.
“Yo estoy inmensamente agradecida de hacer un proyecto así de grande. Significa un paso más. Después de hacer esto puedo seguir dándome el derecho a tomar pausas y pensar cual es la siguiente historia que quiero contar”, aseguró.
Este 2024 parece un buen año para la mexicana, pues ya se perfila el estreno de otros proyectos, como la serie Tengo Que Morir Todas las Noches, bajo la dirección de Ernesto Contreras, y la película The Beautiful Game, donde comparte créditos con el nominado al Óscar, Bill Nighy, y el ganador del BAFTA, Micheal Ward.