En días pasados vivimos una de las tradiciones mejor conservadas en el país por la iglesia católica que practican creyentes y no creyentes: el día de reyes. Empero es importante analizar la situación de la entrega de juguetes a los infantes desde la perspectiva de género, ya que al nombrar el 6 de enero desde lo masculino se invisibiliza por completo a las mujeres autónomas, que lo son por decisión o por la irresponsabilidad paterna.
Las mujeres en querétaro, no somos ajenas a la realidad del abandono de infantes por parte de las paternidades, ocupamos el top 10 de los estados con mayor número de hogares con jefas de familia, es decir donde el referente de dicho hogar es una mujer y es ella quien también es el sostén económico además de tener la obligación de la crianza.
Desde el activismo contamos con un registro de deudores alimentarios que asciende a más de 1,500 hombres quienes en promedio tienen 2 infantes en abandono arrojando un total aproximado de 3 mil niñas y niños queretanos que dependen única y exclusivamente de sus madres. Mujeres que en la gran mayoría de los casos ha recurrido a las instancias de impartición de justicia para que los padres sean responsables con sus hijas e hijos, enfrentándose a revictimización, burlas, estafas, estrés, cansancio.
Por ello desde este espacio quiero reconocer el enorme esfuerzo, el trabajo incansable, el amor incondicional con el que impregnan lo que hacen, la lucha y resistencia que realizan las reinas magas para que en 4 de cada 10 hogares la magia se haga presente no sólo el 6 de enero, sino todo el año que desde la resiliencia enfrentan en autonomía.
Aunado a ello, es justo reconocer que son las mujeres las que hacen permanecer tradiciones tan especiales como la que acabamos de vivir, porque en demasiadas ocasiones no son el sustento económico pero sí las que con paciencia y cariño buscan los regalos tan anhelados para hacerlos aparecer a un costado de los zapatos aunque estuvieran agotados, son ellas las que buscan las mejores ofertas, las que saben con certeza los deseos de las infancias que maternan.
Por ello, podemos decir que todos los años pasados y este 6 de enero: fueron las Reinas Magas, fueron ellas, las mujeres, las mamás. Larga vida a las reinas magas, las nombramos, las pensamos, las reivindicamos. Con cariño, su más fiel admiradora: Mayra Dávila.
P.D. En este espacio no romantizamos la autonomía obligada de las madres a causa del abandono paterno, los instamos a responsabilizarse de las infancias que además de sufrir su irresponsabilidad económica son presas de diversos daños emocionales. Así mismo exhortamos a las autoridades a aprobar reformas judiciales que reduzcan la gran impunidad con la que son tratados estos delincuentes, si, hablo de los deudores alimentarios.