A veces el fin (la fina) del año (de la aña) sirve (a) para podar.
En este (a) caso (a) le tocó (a) a la biblioteca. Entre (a) los muchos libros (las muchas libras) desechados (as) le tocó (la tocá) a la “Ciencia del lenguaje (de la lenguaja) y arte del estilo (de la estila)”, de Don (doña) Martín (a) Alonso (a) porque sus páginas ya no tienen sentido (sentida) con la realidad incluyente (incluyenta) cuyo fina (cuya fina) es derribar el idioma (la idioma) del (de la) cultura falocrática y patriarcal, machista y etc., etc.
¿Tiene (tiena) alguna utilidad esta parrafada?
“(P.301 (trescientas una).- Género es la modificación de la forma nominal que indica el sexo real o figurado de los seres. El género en español fundamentalmente es derivativo. Rara vez se produce por inercia desinencial o por semejanza con otras palabras.
“Cada uno de los vocablos tiene género correlativo del sexo que figura. En español existen dos géneros (en el universo no, don MA, y en la moda, menos) el masculino y el femenino. El primero conviene a varones y representaciones de varón, animales machos (otra vez el machismo, ¿ven?), y a los que por su terminación en o se agrupan en el sexo masculino.
“El segundo (¿por qué en segundo, ese desplazamiento ordinal es machista), se aplica a las mujeres y representaciones de mujer, animales hembras y a los que por su terminación en a se consideran del sexo femenino. Externamente se distinguen los sustantivos masculinos por el artículo el y los femeninos por el artículo la. Algunos femeninos en a toman el artículo el (antiguamente lla), por razones de eufonía, si empiezan por a acentuada. El águila, el agua.
“La feminización del neutro que se encuentra en algunas lenguas románicas, puede darse en español en casos como los siguientes: Buena me la hizo. Si de ésta escapo… Una hice en el año, y ésta con daño. Salirse con la suya. Donde las dan las toman. Tenérselas tiesas; apostárselas. Habérselas con uno.
“Los sustantivos que la Gramática de la Academia clasifica (83), en los géneros común, epiceno (eres un epiceno, le dijo) y ambiguo, prácticamente son invariables o, si se quiere, mejor, masculinos o femeninos, según los casos. Ejemplos: Pianista, intérprete, joven (adj.sust) , conferenciante, adolescente, virgen, cónyuge (por etimología), ruiseñor, mosquito, cigarro, águila. Todos designan seres sexuados diferentes, con distintos artículos. Cantante: el que canta y la que canta.
“Cuando los sustantivos de cosas dudan entre los dos géneros, o su cambio genérico obedece a una variedad semántica, siguen denominándose masculinos o femeninos en cada caso. El uso culto va consiguiendo que desaparezca su ambigüedad. Ejemplos. El puente, la puente (inus). La cometa (de distinta significación); el calor, la calor; el orden, la orden.
“No existe el género neutro para la forma sustantiva. Se conserva únicamente en los adjetivos y pronombres, l, estop, eso, aquello ello y algo. Los infinitos que el latín considera neutros, en español se han masculinizado. El deber, el partir”.
Pues una vez (a) leído (leída) lo (la) anterior (anteriora), he llegado a la conclusión de hacer una hoguera con el (la) mamotreto (mamotreta) ya citado (a). ¿Para qué lo (a) quiero (a) ahora cuando la corrección (a) política ha sustituido a la exactitud lingüística y gramatical? Para nada.
Mejor estudiaré para “magistradé”, ¿cómo la ve?
Y otro (a) tomo (toma) en el (la) fuego (fuega), será la “Gramática de la lengua castellana” de Don Andrés Bello (bella) y el señor Rufino J. Cuervo (cuerva) por idénticas razones.
MEXICANA
Pues el gozo –para variar–, se fue al pozo. El primer vuelo de la nueva y militar Mexicana de Aviación, no llegó a su destino y su página de reservaciones, se “cayó” el primer día de operaciones.
Lástima de tan bonita ceremonia con el señor presidente y el banderazo de salida al avión de panza verde olivo. Con razón no se quiso subir.