Rubén Cortés
Es de insistir: el desfalco en Segalmex no fue sólo un robo nacional; fue también una operación secreta del gobierno mexicano con el dictador Maduro, en contra de Estados Unidos. Y, aquí, se entregó el operador local, y Washington liberó al operador de Maduro.
René Gavira, exadministrador de Segalmex, se entregó y culpó a su jefe de meterlo en el desfalco de 20 mil millones. Estados Unidos canjeó por presos estadounidenses a Alex Saab, quien le compraba a Segalmex para contrabandear en otros países.
¿A cambio de qué se entregó Gavira? y ¿qué dijo Saab sobre la trama de Segalmex, durante su encarcelamiento en Miami? Porque Saab, además de testaferro de Maduro, era agente de la DEA.
Hace poco, al hablar del caso Segalmex, el presidente mexicano mencionó a la DEA: “Andan buscando que actuemos mal en el caso Segalmex, pero esto no es que la DEA no se toca”. ¿A santo de qué el presidente mencionó a la DEA?
En 2019 y 2020, Saab le compró a Segalmex alimentos por 64 millones de dólares y se los entregó a Maduro, quien a su vez se los vendió a sobreprecio a los venezolanos, a través de sus programas sociales de compra de votos.
Segalmex y Saab crearon un entramado que movió millones de dólares por puertos, aeropuertos y bancos de todo el mundo sin apenas dejar rastro, evadiendo las sanciones impuestas por Estados Unidos a la dictadura de Maduro.
El contacto de Segalmex con Saab era Joaquín Leal, un tipo de 28 años sin historial empresarial, a quien le crearon al vapor la empresa Libre a Bordo, que negociaba directamente con Saab, quien luego contrabandeaba lo de Segalmex con los iraníes.
Joaquín Leal está sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, acusado de ser el jefe de un esquema para evadir sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos. Leal estableció las bases de su red en México y en Dubai.
Sin embargo, lo que llama la atención es que aquí ya están presos varios implicados en el caso Segalmex, pero Ignacio Ovalle, director de la empresa al momento del fraude, fue ascendido a un puesto en Segob, e imparte cursos sobre ingeniería financiera.
Y René Gavira presentó documentos con la firma de Ignacio Ovalle autorizando la compra de cinco millones de dólares en bonos basura, utilizando para ello recursos públicos provenientes del patrimonio de Segalmex.
Además, Alejandro Puente Córdoba, empresario, amigo y operador del líder de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, está acusado sobornar para obtener contratos de leche en Segalmex, por mil 700 millones de pesos.
Pero más llamativo es que la candidata opositora no haya hecho del caso Segalmex un spin electoral.
Parece nueva.