Un joven de 22 años murió este lunes después de las lesiones que sufrió al ser arrojado desde las gradas a la cancha en la que el sábado se disputó el partido entre Belgrano y Talleres de Córdoba, en Argentina.
Emanuel Ezequiel Balbo, perdió la vida esta mañana debido al traumatismo que sufrió en el cráneo producto del ataque de varios aficionados que lo golpearon y luego lo arrojaron desde una altura de tres metros en el Estadio Mario Alberto Kempes.
Pese a que la tragedia ocurrió el sábado y a que se difundieron los videos de la agresión, la fecha del futbol continuó con plena normalidad durante el domingo, sin que hubiera repudio, sanciones ni medida alguna por parte de la Asociación del Futbol Argentino (AFA).
Las primeras versiones periodísticas aseguraron que el joven era un hincha de Talleres que se infiltró en los lugares asignados a la porra de Belgrano, pero Raúl Balbo, padre de la víctima, desmintió ese rumor y aclaró que su hijo fue atacado porque reconoció a Oscar Alfredo Gómez, un hombre que asesinó a su hermano hace cuatro años.
El padre de Emanuel aclaró que su hijo no era hincha de Talleres y que el problema surgió cuando se encontró con Óscar ‘Sapito’ Gómez, imputado por atropellar y matar a otro de sus hijos, de 14 años, cuatro años antes.
“El problema se arma porque a mí hace cuatro años me mataron a mi hijo y él va a la cancha y se encuentra con uno de los que lo mataron. Como Óscar Gómez es poco hombre, en vez de defenderse solo, incitó a la violencia con todos los amigos que tenía ahí a agredir a mi hijo y pegarle y hacerle todo lo que hicieron. Gómez llamó a todos los amigos y dijo ‘tírenlo a este que es hincha de Talleres’. Lo corrieron por la tribuna hasta que lo tiraron por el para-avalancha. Él siempre va a otra grada y como no consiguió entrada, se fue a esa tribuna”, denunció el padre.
Aunque en un principio la causa se inició por el delito de “lesiones gravísimas”, después de la muerte del joven se transformó en “tentativa de homicidio”.
El comisario Jorge Gómez, de Córdoba, confirmó que ya detuvieron a cuatro de los hombres que, gracias a los videos, fueron identificados como parte del grupo que tiró a Balbo al vacío.
La violencia se ha convertido en un ingrediente permanente del futbol argentino, que arrastra más de 300 víctimas, en una larga lista que hoy fue engrosada por el joven cordobés.
Los enfrentamientos entre “barrabravas”, las porras oficiales que apoyan a los clubes, son permanentes porque se disputan liderazgos y, sobre todo, poder económico.
Muchos de los líderes “barrabravas” viven al amparo de la clandestinidad y pese a que suelen tener pedidos de captura, las fuerzas de Seguridad no los detienen.
La violencia provoca polémicas frecuentes, como cuando en 2015 algunos “barrabravas” les aventaron gas pimienta a los jugadores de River Plate en un súper clásico contra Boca Juniors.
El hecho fue tan grave que el gobierno de entonces incluso planteó la posibilidad de suspender el futbol que, de por sí, ya tiene limitaciones como impedir la asistencia de públicos visitantes en los estadios.
La página de la organización “Salvemos al futbol” lleva enumeradas 315 muertes ocurridas en peleas en o alrededor de las canchas, ataques individuales con palos, golpes, pistolas, cuchillos y piedras entre bandas.