Diana Gante y Azucena Vásquez
De los distintos instrumentos de financiamiento a los que México tiene acceso para la implementación de proyectos de energía, sólo 13.1 por ciento se destina a los renovables o limpios.
El 77.3 por ciento financia proyectos con combustibles fósiles, y 9.3 por ciento otras fuentes de energía, de acuerdo con el Panorama de Financiamiento Climático en Latinoamérica y el Caribe 2023 realizado por el Grupo de Financiamiento Climático LAC (GFLAC).
Entre 2016 y 2021, de los 90 mil 192 millones de dólares que se han destinado para financiamiento, 11 mil 800 millones son para proyectos renovables.
Los proyectos de combustibles fósiles se han llevado 69 mil 700 millones de dólares y para otras fuentes de energía no definidas 8 mil 692 millones.
Sandra Guzmán, fundadora y directora general de GFLAC, explicó que no se han cumplido las metas de financiamiento climático, pues el compromiso que se estableció en 2020 es que los países desarrollados destinarían a los que están en desarrollo 100 mil millones de dólares anuales.
“Lamentablemente esta cifra no sólo no se ha cumplido, sino que es una cifra que ya queda corta y son insuficientes para hacer frente a los problemas del cambio climático”, apuntó durante la presentación de la Semana de Financiamiento Climático y Sostenible.
Tan sólo el Comité Permanente de Financiamiento de Cambio Climático señaló en su último informe que países en desarrollo necesitarían 5.8 trillones de dólares hacia 2030 para cumplir con lo establecido en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDCs).
LIMITAN RIESGOS
En México, la penetración de aseguradoras en materia de riesgos asociados al cambio climático está concentrado en pocas empresas y acotado a ciertos riesgos, por lo que debe ampliarse su participación y buscar opciones en el mercado internacional, señaló Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda.
Ante estas limitantes el primer reto es desarrollar la estrategia de aseguramiento como País, dijo.
“Nos estamos enfocando en que el mercado mexicano cuando menos pueda tener un pool de riesgo más grande”, comentó en el evento “Finanzas para la adaptación, biodiversidad e inclusión social en América Latina y El Caribe”, organizada por el Instituto Global de Crecimiento Verde.
Destacó que el País ha logrado diversificar el riesgo de bonos catastróficos en los mercados internacionales y ejemplo de ello es la Alianza del Pacífico, donde participa.
En esta alianza hay una la iniciativa de bonos catastráficos, en la que se transmite parte del riesgo de un desastre natural a un inversionista.
De acuerdo con Yorio, esto cobra relevancia porque el sector asegurador es el segundo mayor inversionista institucional en el País, detrás de los fondos de pensiones.
Previamente, el subsecretario señaló que México al ser un mercado emergente debe colocar bonos sostenibles en el mercado exterior, ya que no es suficiente con colocar emisiones en el mercado local, lo que ha llevado al Gobierno a establecer su Estrategia de de Movilización de Financiamiento.