Aunque ha estado en remisión de su cáncer por 12 meses, Sam Neill no canta victoria y está preparado para lo peor en cualquier momento.
Sus doctores, mencionó en el programa Australian Story, le han dicho que sus medicamentos pueden dejar de funcionar abruptamente.
“No estoy, de ninguna manera temeroso por morir. Eso no me preocupa, nunca me ha preocupado desde el inicio. Pero me molestaría (morir), porque hay cosas que todavía quiero hacer”, admitió el actor neozelandés.
De 76 años, la estrella de la franquicia Parque Jurásico fue diagnosticada con etapa 3 de linfoma de células T angioinmunoblástico, un tipo de cáncer en la sangre muy agresivo.
La quimioterapia, el primer tratamiento al que se sometió, no dio buenos resultados, así que cambió a un medicamento experimental que le ha resultado, hasta ahora.
“Hubo veces durante el año pasado en que me miré al espejo y no era una vista bonita. Me habían quitado cualquier tipo de dignidad”, confesó.
Neill escribió sobre su experiencia con el cáncer en su libro de memorias, “Did I Ever Tell You This?”, que llegó a las estanterías en marzo pasado.
“Comencé a pensar que debía escribir al respecto, porque no estoy seguro de cuánto voy a vivir. Estaba corriendo contra el reloj”.
El histrión, quien repitió su personaje del arqueólogo Alan Grant en Jurassic World: Dominion, uno de los éxitos de taquilla de cines del año pasado, expresó que el retiro, a pesar de su salud, no está en su cabeza.
“Nunca me habría imaginado que seguiría trabajando (estando enfermo), pero no me parece adecuado parar. Hay pocas cosas más disfrutables que aparecer en un set”.
Neill subrayó que se encuentra inmensamente agradecido por todo lo que ha vivido y que estar despierto y consciente le basta para ser feliz.
Es padre de cuatro hijos y abuelo de ocho nietos, a quienes les dedica el mayor tiempo posible, lo mismo que a sus viñedos, pues el vino es una de sus mayores pasiones.
“El cáncer no es interesante para mí, tengo otras cosas en mi cabeza, y no son cáncer”.