El 16/X de 1854 en el inicio del otoño, en Dublín, Irlanda, nació; Oscar Fingal O´Flahertie Wils Wilde, Poeta, dramaturgo, ensayista, crítico literario. A los veinte años escribió un ensayo en griego, sobre los poetas helénicos, que le permitió ganar la Medalla de Oro, Berkeley, junto a una beca para estudiar en el Instituto Magdalen College de Oxford, uno de los Colleges que forman la Universidad de Oxford. La Capital Irlandesa, con raíces Celtas y Vikingas tiene como fecha oficial de su inicio, el año de 988- dos siglos antes se sitúan la llegada de los celtas, décadas después, la de los marinos escandinavos-; se encuentra ubicada en la provincia de Leinster, en la desembocadura del rio Liffey, cerca del centro de la costa este de Irlanda; ha visto surgir a figuras de trascendencia, que le otorgan el prestigio, de ciudad literaria. En ella vio sus primeros días el hijo del cirujano Sir William Wilde y de la poeta “Speranza” / Jean Francesca Elgee, quien al cumplir 24 años obtuvo el titulo de Bachelor of Arts.
Las letras británicas de finales del siglo XIX, se desentendían de todo lo que no fuera arte, sus escritores afinaban el oficio en el estilo, el vocablo propio y la nota justa-ritmo-; el movimiento estético tuvo como figura a Wilde, que con “El “Fantasma de Canterville” y “El retrato de Dorian Grey”, en el amanecer de los noventa del siglo XIX, ocupó un sitio destacado; “El retrato de Dorian Grey” logró una tormenta de críticas acusándola de inmoral, de ser compendio de temas de corrupción y búsqueda de placer desenfrenada. Publicada como cuento, el 20 de junio; en su segunda edición, en novela, en 1891, el autor irlandés escribió en el prólogo: “No existen libros morales o inmorales. Los libros están bien escritos o mal escritos. Eso es todo.”
Su presencia escapó del universo literario para ser parte de otros espacios sociales impactados por su actitud ante la vida. En 1891 dio a conocer su ensayo: “El alma del hombre bajo el socialismo”, los detractores lo acusaron de anarquista, antisistema, homosexual. Su posición libertaria en temas considerados tabúes por la sociedad Victoriana, como la libertad de la orientación sexual, lo llevaron a un activismo en el tema; el pintor Walford Chahay, contó que en la primera función de la obra de teatro de “Lady Windemere´s Fan”- El abanico de Lady Widermer- de la autoría de Oscar, este le solicitó, adquirir una buena cantidad de claveles color verde para que sus invitados los colocaran en la solapa de sus sacos. Desde aquel febrero, el clavel verde, se convirtió en símbolo de lo que se conoce como: “Movimiento gay”.
Su catálogo de obras como autor creció con: “La importancia de llamarse Ernesto”; la tragedia en verso libre,” La Duquesa de Padua”; “Poemas escogidos”; las comedias en prosa “Una mujer sin importancia”; “Un marido ideal”; “La importancia de llamarse Ernesto”; el drama en francés” Salomé”; el poema autobiográfico, “La Balada de la cárcel de Reading;” en la que relata su dos años en prisión acusado de sodomía- grave indecencia, por el padre de Alfred Douglas, con el que vivió una relación amorosa; las novelas y cuentos: “ El crimen de Lord Arturo Savile”; “El ruiseñor y la rosa” ; ”La esfinge sin secretos”; los ensayos: “ “La decadencia de la mentira”; “El crítico artista“; “La verdad de las máscaras”; “Pluma, lápiz y veneno”; junto a artículos en publicaciones del Viejo continente y de Norteamérica dotaron de solidez -hasta el presente- la obra del genio literario que falleció en Paris en 1900, sumergido en la genialidad, la pobreza y el abandono.
Ciento sesenta y nueve octubres de conmemoran este otoño del nacimiento de Oscar Wilde, ciento treinta y dos de la publicación de la novela “El Retrato De Dorian Gray”, catalogada por estudiosos como “la más moral de las historias de inmorales”, cúspide de la generosa creación de un autor irlandés-mundial en la que señaló, se: “Echan a perder todas las historias de amor intentando que duren para siempre “.