- Recibirá AMLO al gobernador Kuri el próximo lunes
- Toman taller de preparación aspirantes de Morena
- Coinciden ex gobernadores panistas en Josecho
- Exigen cartas de recomendación a Aurelio Olvera
Luto.
Querétaro perdió este miércoles a uno de sus mejores hijos, el jurista y maestro Jesús Garduño Salazar, ex presidente del Tribunal Superior de Justicia y notario número dos de San Juan del Río, con quien tuvimos el privilegio de compartir proyectos y amistad.
Tenía 74 años y esa lucidez que no pudo dañar el grave accidente ecuestre sufrido hace años y que, a la postre, terminó afectando sus capacidades físicas.
Hombre de bien, admirado como catedrático de la UAQ de la que egresó en 1977, dedicó su vida al derecho penal, desempeñándose incluso como director del Centro de Readaptación Social, fue reconocido por su honradez, formalidad y excelente humor, del que hizo gala como colaborador del noticiario de Plaza de Armas, en cuya mesa discutía de futbol con el decano de la crónica deportiva Álvaro Rico, el portero argentino Héctor Miguel Zelada y el primer actor Paco Rabell, también ya desaparecido.
Igualmente escribió en El Periódico de Querétaro la columna “En justicia”, dedicada a ilustrarnos con certidumbre y sabiduría sobre temas del derecho, su pasión.
Personaje irrepetible del día a día queretano, que dejó una enorme huella por la cátedra de la Universidad Autónoma de Querétaro, la sala electoral de inicios del 2000 o como titular del Poder Judicial, Jesús Garduño Salazar, murió ayer en su querido Pedro Escobedo.
Asistido por su inseparable esposa, Cecilia Arriaga, el magistrado Garduño, como lo saludaban amigos y conocidos en los andadores del centro histórico (que diariamente recorría para llegar a sus oficinas), vio interrumpida su intensa vida profesional y social, tras un accidente a caballo hace unos años.
Pero su huella quedó en los miles de alumnos que pasaron por sus clases, a las 7:00 de la madrugada, en la Facultad de Derecho UAQ.
Le daba mucha risa recordar en las prolongadas tertulias en Carretas en El Bar Varela o en Pedro Escobedo, cómo una dosis tempranera de Derecho Procesal Civil o Derecho Romano, era suficiente para espabilar a sus alumnos. Eso sí, lo recordaban como un profesor intransigente con el horario de inicio de clases y a la hora de calificar exámenes.
Hoy, la mayoría de los litigantes le reconocen esa dura disciplina, que les ha permitido destacar en el litigio o, desde el otro lado de la barra, en el Poder Judicial.
En el plano laboral, Garduño Salazar cimentó durante más de tres décadas, a través de la Sala Electoral, el andamiaje jurídico de nuestros procesos electorales.
Conocía perfectamente las reglas que él mismo había impulsado desde el área jurídica del Poder Legislativo.
Por su oficina, en el Tribunal Superior de Justicia, pasaban aspirantes, candidatos y gobernantes, buscando el consejo del hombre que más conocía las reglas en la materia.
Casi como clarividente, recomendaba a los solicitantes impugnar o no, tal o cuál situación:
–“Mejor ni te metas, lo vas a perder. No te asiste la razón”.
O:
-“Estás en tu derecho, acude a la siguiente instancia”.
Así platicó con candidatos, ganadores y perdedores, tratando de conciliar. Casi siempre lograba eso: Acuerdos en beneficio de la gobernabilidad y estabilidad política de Querétaro. Nunca habló públicamente de ello, pero en su escritorio se definió el futuro de alcaldes y más de un gobernador, siempre de manera transparente y apegado a derecho.
Era, indudablemente, un hombre de poder, que nunca se sirvió de él.
Fue un presidente del Tribunal Superior de Justicia itinerante: Giras a la Sierra y recorridos por los juzgados, marcaron permanentemente su agenda. Nunca estaba en su despacho. Disfrutaba el contacto directo con jueces, abogados y ciudadanos.
Igualito que cuando dirigió el penal de San José el Alto: Se la vivía en los patios con los internos. Tenía el pulso de lo que sucedía intramuros.
Además de la abogacía, otra de sus pasiones fue la radio. Incursionó en Radio Universidad con el programa Orientación Jurídica y en esta casa, en el noticiario de PLAZA DE ARMAS. Conocimiento, inteligencia, cultura y deportes, durante 40 minutos, con una alineación de campeonato.
Pero nadie es perfecto: Nacido en el Estado de México, Garduño Salazar era aficionadísimo al Toluca, situación que lo llevó a ser víctima de burlas y chascarrillos que siempre aguantó estoicamente.
Llegó muy joven a estudiar a la UAQ con el maestro Guadalupe Ramírez Álvarez y decidió quedarse a vivir para siempre en estas tierras. Fue, al final del día, un personaje que vivió de su trabajo, un hombre muy austero, amigo de sus amigos, al que el Estado le debe un reconocimiento por su intachable trabajo académico, jurídico y, a final de cuentas, social.
A Ceci, a su familia y a la gran comunidad de amigos que deja hoy, mi pésame en este difícil, doloroso y sorpresivo momento.
Descansa en paz, compadre.
-OÍDO EN EL 1810-
Comensales.
Que el martes coincidieron en Josecho los ex gobernadores panistas Paco Garrido y Pancho Domínguez, aunque en diferentes mesas. El primero en la cava no se sabe con quién. El segundo con el ex mandatario de Baja California Sur, Mendoza Davis.
Ahora no hubo trancazos.
-PREEEPAREN!-
Reencuentro.
El lunes recibirá el presidente Andrés Manuel López Obrador al gobernador Mauricio Kuri González, quien entre otros temas lleva el del Acueducto III y el Paseo 5 de febrero, dos de las obras más importantes de su administración y en donde espera contar con el apoyo del gobierno federal.
Más allá de pertenencias partidistas, AMLO y Kuri han podido mantener una magnífica relación, expresada en opiniones del primer mandatario en la Mañanera.
Enhorabuena.
-¡AAAPUNTEN!-
Caminito de la escuela.
Que este fin de semana los aspirantes a cargos de elección popular de Morena Querétaro participarán en talleres de formación. Entre los alumnos, nobleza obliga, el doctor en derecho Santiago Nieto Castillo.
Doy fe.
-¡FUEGO AMIGO!-
Yeyo.
En el trámite de su jubilación en el gobierno estatal, un empleado del área de recursos humanos le exigió al legendario Aurelio Olvera Montaño, maestro de generaciones, fundador de la Estudiantina de la UAQ, ex director de la Facultad de Bellas Artes y jefe de la Banda de Música del Estado, ¡cartas de recomendación! Es como pedirle licencia de manejo a Checo Pérez.
¡Porca miseria!