Moisés Ramírez
Al precio de la tortilla en México, uno de los principales alimentos básicos en el País, le depara a corto plazo una nueva escalada.
Ello debido a la sequía extrema que enfrentan los principales estados productores de maíz como Sinaloa, que abastece 20 por ciento de la producción nacional del grano, y a la prohibición que impuso en este año el Gobierno federal a la importación de maíz blanco transgénico.
Agricultores de esa entidad revelaron que por la escasez de agua en las presas de allá detuvieron la siembra de maíz, que por lo general iniciaba en octubre y cuyas cosechas empezaban en abril o mayo del siguiente año.
Añadieron que en caso de que la situación no mejore dentro de los tiempos climáticos que requiere el grano, la producción se podría desplomar hasta 70 por ciento y en ello coincidieron analistas del sector agroalimentario.
“En maíz en estos momentos no se ha efectuado ninguna siembra (en Sinaloa), si viene algo de lluvia en el mejor de los casos podríamos producir un 30 por ciento de las casi 6 millones de toneladas que aporta el estado”, advirtió Marte Vega Roman, presidente de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (Caades).
“Si no entra el maíz sinaloense y con las condiciones que están ahorita de los decretos (que impiden uso de maíz transgénico para consumo humano) prácticamente no va haber maíz blanco para tortilla.
“El Gobierno federal se dio un balazo en el pie con los decretos porque casi todo el maíz en el mundo es transgénico y si lo importa Estados Unidos va agarrar eso en su defensa en el panel de controversias que emprendió contra México por esos decretos”.
México produce al año unas 27 millones de toneladas de maíz, básicamente blanco, de ellas 19.4 millones provienen del ciclo primavera-verano -cuya cosecha va en curso- y el resto el ciclo otoño-invierno, cuyas siembras debieron iniciar en octubre.
Sin embargo del primer ciclo, Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) adelantó que sus primeras estimaciones anticipan, hasta ahora, una baja de 12.3 por ciento anual respecto a la previsión hecha por el Sistema de Información Agroalimentaria.
Explicó que esa caída deriva de la fuerte sequía que a lo largo del año enfrentaron Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Estado de México y Chihuahua, los cinco principales productores del grano en ese ciclo.
Sólo en Chihuahua, detalló, los rendimientos por hectárea están siendo entre 20 y 25 por ciento menores a los del año pasado.
Rubén Chávez, ex Secretario de Desarrollo Rural de Chihuahua, advirtió que dado que en algunas granjas agrícolas los rendimientos bajaron hasta 30 por ciento, la producción de maíz en ese estado podría caer al menos en esa proporción.
“No nos está yendo bien e incluso la calidad del grano ahora es un poco más baja, acá la cosecha apenas va iniciando y posiblemente no llegaremos siquiera al millón de toneladas”, estimó.
Vega Roman aseguró que si los agricultores de maíz hubieran recibido del Gobierno federal apoyos para sistemas de riego que permitieran eficientar la poca agua que hay, la perspectiva no hubiera sido tan crítica o grave como la que enfrentan ahora.
Al arranque del actual sexenio, el Gobierno eliminó los programas de apoyo a la infraestructura hidroagrícola.
“Son consecuencias del abandono que tiene el campo, quitar programas que iban enfocados a prever este tipo de situaciones”, el presidente de la Caades.
Reportes de GCMA, elaborados con datos de la Comisión Nacional de Agua, refieren que las presas de uso agrícola de Sinaloa presentan un abatimiento del 61 por ciento anual.