Víctor Polenciano
En el último año aumento el número de católicos queretanos que buscan llevar a cabo la nulidad de su matrimonio, luego de que finales de 2015 el Papa Francisco llevara a cabo reformas al proceso, que además de costoso y prolongado, tenían una antigüedad de más de 300 años.
En entrevista para PLAZA DE ARMAS, Martín Lara Becerril, vocero de la Diócesis de Querétaro, señaló que desde entonces los fieles han mostrado mayor inquietud para asesorarse con sus párrocos y conocer la manera en que podrían iniciar un proceso de nulidad matrimonial que, dependiendo de la cooperación de las partes, puede tardar de un mes a un año.
“Ha aumentado, sí. Ha habido mucho acercamiento a los Sacerdotes, sí ha habido. Concretizarlo ya en el proceso de nulidad sí ha aumentado, poquito. Pero sí ha aumentado con respecto a los casos que teníamos anteriormente”, señaló el Prelado.
Y es que, según comentó Lara Becerril, son cerca de 50 casos los que se han concretado por lo menos en el último año, un número que si bien no pareciera ser significativo, sí representa para la Iglesia queretana un aumento con relación a los llevados a cabo antes de las reformas.
Entre las causales más comunes están la falta de amor, alguna de las partes fue obligada para casarse, la inmadurez emocional, así como infidelidad permanente, siendo todas ellas situaciones que no permiten que se pueda concretar el sagrado sacramento del matrimonio .
Los pasos para poder iniciar un proceso de nulidad matrimonial son los siguientes:
-Antes que nada, las partes deben acercarse a su Párroco y externarle la inquietud que tienen para llevar a cabo el finiquito de su contrato matrimonial, y con ello que puedan examinar su caso.
-Posteriormente, tienen que dirigirse a la Curia Diocesana con el Padre encargado, que es el Vicario Judicial, quien les dará la asesoría necesaria y explicará el proceso.
-Después, los fieles tienen que elaborar un documento formal denominado “libelo”, en el que tienen que explicar las causas por las que quieren finalizar el enlace matrimonial.
-Una vez entregado el documento inicia el proceso indagatorio, en el que son llamados testigos que den fe de las causales expuestas en el libelo para anular el matrimonio. Normalmente son los familiares cercanos y amigos quienes son llamados a comparecer para integrarlas como pruebas para hacer la cancelación, ya sea que estén a favor o en contra para que se realice.
-Luego de recibir a los testigos y hacer las indagatorias, el juez que esté a cargo del caso dará su veredicto, para después llevarlo con el Obispo, en este caso a Faustino Armendáriz Jiménez, que como Juez Supremo, quien da el juicio final, que es plasmado en un decreto que se hace llegar a los interesados, a la comunidad y a la parroquia en la que se llevó a cabo el enlace para notificar que al no haber condiciones para el sacramento se da por terminado el contrato matrimonial.
Luego de este proceso que, dijo Lara Becerril, tiene su tiempo de duración en la apertura y disponibilidad que haya de las partes y sus testigos, los fieles quedan en libertad para poder contraer nupcias de nueva cuentas con otra persona si así lo desean.