El secretario general de la ONU, António Guterres, alertó a los líderes del mundo de que “hemos abierto las puertas del infierno” al no actuar de manera decisiva contra el cambio climático, durante una cumbre con motivo de la Asamblea General de Naciones Unidas que se celebró el pasado 20 de septiembre en Nueva York.
Todo pareciera que se trata de tiempo, pero creo que es más profundo el asunto, ya que lo primero que se debe emprender, es la corrección de la trayectoria, es decir, corregir la trayectoria de colapso sentando las bases, programas, medidas, políticas públicas, acciones y financiamiento. Pues mientras no se corrija la trayectoria el tiempo que nos queda es totalmente secundario.
Lo segundo, versa sobre eliminar las simulaciones e iniciar realmente acciones contundentes, reales, urgentes y efectivas. Ya no se trata de discursos, sino de hechos, ni tampoco de Wash Green o “Lavado Verde”, sino de hechos reales, verificables y de alto impacto contra el cambio climático.
Lo tercero, consiste en que se trata de una auténtica co-responsabilidad de todos los actores, ya no es momento de echar la culpa a los demás, en el fondo cada uno tiene la responsabilidad y obligación de actuar para cambiar todo aquello que contribuye a emitir mas gases de efecto invernadero. Ciudadanos, consumidores, científicos, productores primarios, empresas, bancos, transportistas y gobiernos tenemos que actuar de inmediato.
Un cuarto factor reside en el financiamiento, no es tiempo de escatimar recursos financieros, hay que ponerlos para emprender las acciones necesarias, todos deben sacrificar parte de sus ganancias, todos deben invertir climáticamente. Sabemos que los recursos económicos son escasos, pero mas grave será la situación que se avecina, lo cual ocasionará gastos excesivos para restaurar, reponer o compensar. Cada cual debe reservar una parte de sus recursos económicos de su presupuesto para los gastos climáticos, pues seguir pensando que otro será quien ponga el dinero, es un absurdo, así es que en nuestro presupuesto diario, semanal, mensual o anual debe considerar un porcentaje de sus ingresos a los gastos climáticos ya sea para mitigar o adaptarse.
En la Cumbre, los jefes de Estado de China, Estados Unidos, India, Rusia, Reino Unido y Francia no asistieron. En tanto que Estados Unidos, que ha emitido la mayor cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera durante décadas, envió a su enviado climático, John Kerry, a pesar de que el presidente Joe Biden estaba en la ciudad. Pero la ONU no le dio a Kerry un lugar para hablar, aunque estuvo en la cumbre. Pero al gobernador de California, se le concedió un espacio para hablar y promocionar los esfuerzos de su estado, y esto debido a la demanda civil emprendida en los tribunales de San Francisco contra las empresas petroleras.
Además, Guterres llamó a “los principales emisores —que se han beneficiado más de los combustibles fósiles— a hacer esfuerzos adicionales para reducir las emisiones, y a los países ricos a apoyar a las economías emergentes para que lo hagan”
Podemos quedarnos mirando la fecha que marca el reloj climático colocado en la ciudad de Nueva York en el año 2015, para reconocer que nos quedan poco más de 7 años para hacer los cambios necesarios que nos permitan salvar la casa que habitamos, el planeta Tierra.
Desde la ciudadanía, podemos encontrar varias propuestas como la siguiente:
Cuidar el agua.
No desperdiciar alimentos.
Consumir productos locales.
Plantar más árboles.
Controlar nuestro consumo de energía en casa, en la escuela y en el trabajo.
Caminar, andar en bicicleta, utilizar el transporte público o los vehículos eléctricos.
Reciclar, reutilizar, reparar y/o comprar menos.
Mantener limpio nuestro entorno.
Reducir nuestra huella de carbono.
Exigir a nuestros gobiernos que respeten sus compromisos con el medio ambiente.
Entonces, muchos se preguntan ¿por qué esperar más tiempo para hacer un cambio de mentalidad y empezar a actuar en favor del medio ambiente?
En 2021, México se convirtió en el mayor consumidor de agua embotellada en el mundo (Revista Este País, 14, Sept. 2023), lo que trae como consecuencia mayor gasto energético y mayor volumen de residuos de botellas.
Una verdadera estrategia climática debe verse como una oportunidad para un cambio de modelo de desarrollo, socialmente más justo, con nuevas formas de abastecerse de energía, mayor seguridad alimentaria, mejor calidad de vida y un manejo sustentable de los recursos naturales. Y será muy importante desarrollar un nuevo modelo de movilidad dentro de las ciudades y de crecimiento urbano; redes descentralizadas para producir y distribuir la energía; industria y transporte menos contaminantes. Pero también hay que revisar nuestros “estilos de vida” a fin de modificar hábitos de consumo suntuario y excesivo, y realizar un verdadero manejo integral de los desechos. Deben reducirse las desigualdades a fin de reducir el sobreconsumo en las capas pudientes y el deterioro de recursos por pobreza en los sectores marginados.
La cumbre termino, sin acuerdos pero señalando ciertos propósitos como: buscar lograr, la reducción de la sobreexplotación de los recursos naturales, que cada año se ven mermados por la crisis ambiental motivada por la influencia de las actividades humanas.
Y por otra parte, enfatizó la intención del colectivo mundial de acelerar el ritmo y la escala de una transición justa hacia una economía mundial resiliente al clima basada en energía renovable más equitativa.