Mauricio Ángel
Al recordar el éxito inmediato que fue RBD hace 20 años, Maite Perroni se ve a sí misma llena de inseguridades, nervios y casi sintiéndose incapaz de ofrecer conciertos masivos tan imponentes como en el estadio Maracaná, en Brasil.
Sólo contaba con su preparación en el Centro de Educación Artística (CEA) y ningún crédito profesional cuando audicionó para la novela juvenil, que devino en grupo musical.
Ahora, con RBD en su gira de reencuentro, todo es diferente para ella, pues ha estelarizado películas, series y telenovelas, produce y tuvo una carrera solista en la música.
“Después de las decisiones que tomé, me permito volver al escenario con RBD en un lugar en el que estoy llena de seguridad y felicidad. Estoy jugando, me estoy divirtiendo”, afirmó la cantante en entrevista.
“Lo estoy gozando al máximo sin ninguna pretensión más que la de disfrutar ese momento y vivir el presente. No quiero que se me escurra ningún segundo de lo que estamos viviendo”.
El 25 de agosto en El Paso, Texas, Perroni volvió a los escenarios junto con Dulce María, Anahi, Christian Chávez y Christopher Uckermann, a quienes considera hermanos.
Si bien la complicidad y el cariño no han cambiado, Perroni aclaró que la sensación es diferente, pues ahora no están juntos por la casualidad de ser seleccionados por un casting.
“Hace mucho tiempo tomé la decisión de enfocar mi carrera en la actuación, pero en este paréntesis que estoy haciendo con la música nuevamente es porque es RBD. Si no fuera RBD no estaría nuevamente en el escenario”.
Perroni también está concentrada en su faceta como productora, con la que ha impulsado las películas Doblemente Embarazada, La Octava Cláusula y la serie Triada, estrenada a principios de año.
“Hay muchas cosas que quiero hacer, muchas ilusiones, muchos sueños. Tengo ya proyectos que se están trabajando, hay uno en específico que está en marcha. Mientras estoy viviendo esta nueva aventura de RBD, se está concretando una nueva producción de una película”, adelantó.
El gran momento que vive en lo profesional está complementado con plenitud a nivel personal, tras convertirse en mayo en madre de Lía, su primogénita y su prioridad.
“Si me he desvelado y pasado 18 horas de corrido trabajando por una serie, que no me desvele por vivir momentos con mi hija, darle de comer, apapacharla, abrazarla y llenarla de amor. Es una revolución emocional”, concluyó.