Recientemente el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) tomó una decisión unilateral que modificó no solo el sistema de clasificación, evaluación y permanencia de los posgrados reconocidos por el Sistema Nacional de Posgrados (SNP), anteriormente llamado Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), sino también los lineamientos para acceder a una beca. Bajo esta nueva modalidad de clasificación de los posgrados, un gran número de programas educativos de especialidad, maestría y doctorado resultaron “No elegibles”. Igualmente, de manera unilateral y sin tener claros los nuevos requisitos de evaluación de los posgrados, el CONAHCYT dejó a miles de estudiantes, en su mayoría jóvenes, sin la posibilidad de acceder a una beca de manutención que les permita cursar programas de posgrado de calidad y pertinencia social que solo son posibles ofertar en nuestro país gracias a las Universidades Públicas.
Las becas otorgadas por el CONAHCYT impactan la viabilidad de los programas de posgrado porque permiten la dedicación de tiempo completo de estudiantes a sus proyectos de investigación y asegura, de manera importante, la eficiencia terminal; es decir, que los estudiantes de posgrado se gradúen. Sin embargo, hay otro aspecto en el cual impactan las becas de posgrado: la movilidad social. Las Universidades Públicas son el mecanismo de movilidad social con el que contamos millones de mexicanos, sin la Universidad Pública muchas de nosotras y nosotros no hubiéramos tenido la oportunidad de estudiar una carrera de nivel superior y mucho menos acceder a un posgrado. El CONAHCYT no solo asigna una beca, nos da la oportunidad de mejorar nuestras condiciones laborales y ofrecer una vida digna a nuestras familias. Una beca de CONAHCYT nos abría la posibilidad a soñar con que una vida mejor podía ser posible, para muchas y muchos de nosotros fue la vía para conocer y estudiar en otros países, con ello nos demostrábamos que teníamos el nivel para dialogar académicamente con estudiantes, investigadoras e investigadores de Universidades líderes a nivel mundial.
¿Cuál es la importancia de la educación superior para la movilidad social? Quien estudia una carrera de nivel superior tiene la posibilidad de acceder a un ingreso que duplica a quienes no cuentan con estudios superiores; en el caso de las Maestrías, quienes cuentan con este grado académico tiene una tasa de empleo del 85% frente a un 81% de quien solo cuenta con Licenciatura; respecto a los estudios de Doctorado, éstos tienen una tasa de empleo 8% más alta que quienes cuentan con Maestría (OCDE, 2019).
Como Universidad tenemos que ser autocríticos, si bien no podemos aceptar que se genere una nueva política nacional de posgrados sin lineamientos de evaluación y permanencia claros, no podemos pasar por alto que impulsamos una política de generación de nuevos programas de posgrado alineados a los requerimientos del CONAHCYT. Es decir, dimos por hecho que las políticas de apoyo a posgrados iban a permanecer indefinidamente y la realidad política de nuestro país nos dio un golpe muy duro. ¿Qué nos queda por hacer? Es claro que las autoridades de nuestro país no están abiertas al diálogo y mucho menos son sensibles a la crítica, como Universidad tenemos que buscar nuevos esquemas de apoyo a nuestras y nuestros estudiantes, al igual que con nuestras investigadoras e investigadores. A nivel local, debemos empujar dos iniciativas de fortalecimiento a la calidad educativa y desarrollo de conocimiento de nuestro estado: hay que generar las condiciones para impulsar un Sistema Estatal de Posgrados de Calidad y desarrollar el Sistema Estatal de Investigadoras e Investigadores.
Si realmente queremos generar capacidades académicas de alto valor agregado y demostrar que Querétaro puede llegar al siguiente nivel, ésta es una oportunidad única.
Director UAQ Labor Center/Centro Laboral UAQ
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