Verónica Ramos Ochoa
Muchas personas piensan que roncar es normal, que se debe solo a una mala posición al dormir, o que incluso, es un rasgo que con frecuencia se hereda —el niño ronca igualito a su papá—, pero no, roncar no es normal.
En ocasiones, el ronquido puede ser tan fuerte y molesto, que llega alcanzar niveles de más de 60 Decibeles. Produce problemas físicos, emocionales y sociales, a quien lo padece, generándole alteración en la calidad de vida y en el desempeño de sus actividades cotidianas. En las parejas puede llevar a rupturas y problemas conyugales, a tal grado, que legislaciones de algunos países consideran al ronquido como motivo suficiente de divorcio. Cuando sucede en niños, puede ocasionar deprivación de sueño, alteraciones en el rendimiento escolar, talla y peso bajos en unos, y sedentarismo y sobre peso en otros.
Pero ¿por qué se produce el ronquido? Principalmente, se debe a obstrucción a nivel nasal, lo cual provoca que se respire por la boca, y cuando el aire pasa a través de la garganta suceden vibraciones en los tejidos (paladar y campanilla), estas vibraciones generan el ruido característico. Mientras más estrecho sea el espacio en la garganta, más fuerte será el ronquido.
Hay múltiples causas de obstrucción, dentro de las más frecuentes se encuentran: Sinusitis, rinitis alérgica, resfriados, consumo elevado de alcohol, tabaco, consumo de drogas o medicamentos, sobrepeso u obesidad, desviación de tabique nasal, cornetes y anginas agrandadas o inflamadas, paladar grueso, garganta estrecha, lengua grande, mentón pequeño o retraído, entre otros.
Cuando la garganta queda por completo obstruida, y en lugar de ronquido se genera una pausa en la respiración, se presenta la APNEA DEL SUEÑO.
Una persona que ronca, además puede tener estas pausas en la respiración durante el sueño, lo que produce una disminución en los niveles de oxígeno del cuerpo. Si no se corrige, aumenta el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular, ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares.
La apnea obstructiva del sueño aumenta el riesgo de arritmias cardiacas y altera la presión arterial. Si la persona desde antes padecía una enfermedad cardíaca, las arritmias durante la apnea del sueño lo podrían llevar a una muerte súbita.
Si bien no todo el que ronca, presenta apneas durante el sueño, todo aquel que presenta apneas, es un roncador. Por lo que, es importante acudir con médicos especialistas en ronquido, como los otorrinolaringólos, que pueden realizar una revisión completa del paciente, encontrar las causas por las que está roncando, y determinar la presencia de apneas.
Por último, es importante identificar algunos signos de alerta: Ronquido excesivo y persistente, pausa en la respiración durante el sueño, somnolencia diurna, amanecer más cansado de lo normal, presencia de dolor de garganta al despertar, fatiga, irritabilidad, dificultad para concentrarse, quedarse dormido durante actividades pasivas como ver televisión, durante el trabajo o al conducir; tener dolor de cabeza recurrente, presentar alteraciones de memoria; en casos de niños: Bajo rendimiento escolar, problemas de atención y de conducta. Si identifica alguno de estos síntomas, no dude en consultar con un especialista.
Recuerde que el ronquido no es solo ruido, puede ser el preámbulo de la apnea, y es un signo de que algo en la vía aérea no está funcionando bien.
Presidente del Colegio de Otorrinolaringología y Cirujanos de cabeza y cuello de Querétaro.