Mons. Fidencio López Plaza, Obispo de Querétaro encabezó la Santa Eucaristía del Tiempo Ordinario, que fue ofrecida para los jóvenes del decanato de Santiago Apóstol así como para las madres que continúan con la búsqueda de sus hijos desaparecidos.
A causa de los momentos de inseguridad y violencia que presentan los mexicanos, se invito a los feligreses a continuar promoviendo con la caridad y en la verdad, una educación para La Paz, traducida en el desarrollo integral de cada persona, con tradiciones, raíces cristianas y encontrar razones por la esperanza y la alegría para contemplar a Jesucristo con la luz de su vida y la palabra de Dios.
En este mismo sentido, López Plaza mencionó que “la idea es quitarnos de la cabeza que Dios es exclusivo y meternos en la cabeza que Dios es inclusivo, (…) que Dios es de todos los pueblos y de todas las personas, y si Dios tiene una preferencia, es por los que otros excluyen”.
Además, reflexionó sobre el evangelio de este domingo, en el que se detalló que el señor, está y estará para todos sin una sobre explicación, sin ser discriminatoria, pero que de acuerdo con el obispo, por desgracia es repetida ante los indigentes, drogadictos, periferias e incluso los adultos mayores que a menudo, han sido excluidos y descartados por la sociedad.
La oración se trata de hacer petición y oración por las personas necesitadas y olvidadas, para reconocer desde la verdad y la humildad del ser humano la grandeza y misericordia de Dios.
“Es un evangelio para que salgamos de nosotros mismos y tengamos la capacidad de ver qué hay personas que no se persignan, que no van a misa o que incluso no son practicantes de la fe, y que a pesar de esto, Dios a demostrado su presencia en ellos” dijo.
Por otra parte, también en la Santa Iglesia Catedral de la Diócesis de Querétaro se llevó a cabo una celebración como recordatorio de que hay padres y madres que siguen buscando a sus hijos desaparecidos. De esta manera, brindar una súplica a Dios por la oportunidad de encontrarlos con vida o muertos.
La eucaristía fue presidida por Mons. Mario de Gasperin Gasperin, quién bendijo las fotografías de los desaparecidos. Familiares provenientes de jalisco, Oaxaca, Zacatecas y otras entidades se dieron cita para pedir mediante su fe el milagro de regresar con sus hijos a casa.