Adán Augusto López inició su mensaje de la misma manera en que lo hizo hace cuatro semanas en el Jardín Guerrero, pidiendo disculpas por llegar tarde a la Asamblea Informativa, la 150.
“Me perdonan por llegar tarde, me disculpan”, fueron sus primeras palabras aquella vez y ayer en la Unidad Deportiva de El Pueblito, en Corregidora, espacio que se fue llenando de impaciencia y de sillas vacías ante las tres horas de espera y una amenaza de lluvia que se materializó.
Familias que acudieron desde las 12 del mediodía a la zona de las canchas de basquetbol iniciaron la retirada.
“Ya nos vamos, no se me vaya a mojar mi bebé”. “Llegamos desde las 12 y pues no se ve para cuándo”, un cuando que a las 15:03 vio descender de su poderosa Suburban Gris a un Adán Augusto, que va tarde y apura el paso para subir al estrado.
El discurso no sólo inició igual que el 22 de junio; tras las disculpas por la impuntualidad siguieron las palabras dirigidas contra la oligarquía y los “enemigos del pueblo”, los “medios de desinformación”, en un diálogo casi teatral que cumplió en Querétaro las 150 representaciones, con un rol dominado a fuerza de tantas repeticiones.
Al cuestionar si el retraso de López Hernández se debía a motivos de agenda, gente del equipo trataban de dar explicaciones. “Ya viene, no se vayan, es que tuvo un encuentro privado con empresarios”, justificaban.
Ya en el estrado Adán Augusto repitió que la Pensión para adultos mayores es un derecho constitucional, que se mantiene y que crecerá a 6 mil pesos, palabras celebradas por los que permanecieron estóicos en el lugar.
“En La Cañada, por la mañana también llegó tarde?”, se cuestionaba, “No llegó tarde, hicimos que llegara tarde para que no estuviera el lugar vacío”, respondían entre ellos.
Situaciones parecidas a las vividas hace casi un mes, con un ex secretario de Gobernación huidizo con el mismo discurso, sin el uso correcto del reloj, de esos finos que le gustan y que no fallan al dar la hora, un Dejavú.