Rubén Cortés
En Guerrero hay una clara ruptura de la gobernabilidad: la gobernadora le da una chequera del erario por mil millones de pesos a su novio; y el narco asesina al primo de la gobernadora, como parte de la guerra entre los cárteles Los Tlacos y La Bandera.
La entrega del gobierno se ve en el video en el cual la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, le hace una venta de futuros al jefe del cártel de Los Ardillos: “Soy la primera generación de políticos que van a hacer base de gobierno”.
Pero el pecado original lo cometió el presidente, al poner, por sus pistolas, como gobernadora a la hija del amigo al que se le descarriló la candidatura por acusaciones de violencia contra mujeres, y por negarse a transparentar sus gastos de precampaña.
Sí. El pecado original de que Guerrero sea un estado fallido está en la filosofía del presidente para ver la vida normal y la política: “No me vengan con ese cuento de que la ley es la ley”. O sea, el problema de México es la solución: el presidente.
El resultado es que Humberto del Valle Zúñiga, primo de la gobernadora fue asesinado a balazos, cuando estaba junto a su esposa, Zulma Salgado, prima hermana de la gobernadora y sobrina de su padre, el gobernador que no fue, pero que si gobierna.
Antes habían matado al tío del novio de la gobernadora, y quien era escolta del padre de la gobernadora desde que fue alcalde de Acapulco (2006- 2008), la época en que los cárteles de Sinaloa y los Zetas tomaron Guerrero.
Además, sólo en julio y lo que de agosto han sido asesinados 18 choferes de taxis y camionetas del transporte público del centro de Guerrero, en ejecuciones y en quema de vehículos por grupos del crimen organizado.
Es de miedo. Cada dos días matan a un conductor de taxis en Chilpancingo, donde la alcaldesa le hace una venta de futuros al jefe del cártel de Los Ardillos: “Soy la primera generación de políticos que van a hacer base de gobierno”. Gobierna un nido de extorsiones.
Pero esto incluye hasta al Caso Iguala, eh: porque los 43 fueron desaparecidos por orden del alcalde afín al actual presidente, porque sabotearían un acto en el que su esposa presentaría su candidatura para sucederlo.
Y Morena quitó a su candidato al gobierno de Guerrero para “no vulnerar al partido”, y los 43 fueron secuestrados, asesinados, incinerados y arrojados al río San Juan, por el Cártel Guerreros Unidos, al confundirlos como miembros de Los Rojos.
Así que en Guerrero hay una ruptura de la gobernabilidad. Y eso viene desde que el padre de la gobernadora fue alcalde de Acapulco.
Y hundió todo.