Rubén Cortés
El presidente de México y el de El Salvador, dos autócratas que casi han reventado sus democracias, tras usarlas para llegar al poder, tienen al Ejército en las calles con resultados diferentes: México registra 17 mil asesinatos este año; el Salvador registra 95.
México es el cuarto país con mayor tasa de criminalidad del mundo y el segundo del continente americano, después de Colombia; mientras que en la misma tasa de violencia homicida, El Salvador es el penúltimo en el continente, detrás de Canadá.
En la tasa de homicidios anual por cada 100 mil habitantes (el indicador internacional más preciso para medir el nivel de criminalidad y peligrosidad de un país) México registra 28 asesinatos intencionales, y El Salvador, es de 1.9.
Los autócratas de México y El Salvador ejecutan estrategias diferentes, aunque ambos tienen al Ejército en las calles: el mexicano busca dialogo con los criminales y les ofrece abrazos y no balazos; el salvadoreño ofrece cárcel severa y cero dialogo.
Muchas organizaciones sociales y de derechos humanos acusan a Nayib Bukele de maquillar las cifras de homicidios, a lo que éste responde que “si maquilláramos los números, ahí estarían los cadáveres en las calles”.
Como sea, la controversia más grande en El salvador es que, en enero y febrero, el gobierno de Bukele sólo reportó 39 homicidios, cuando en realidad hubo 67. En México, por ejemplo, se registraron lunes y martes 75; el miércoles 66 y, ayer, 74.
¿En qué consiste el plan de seguridad de Bukele?
1.- Cortar la comunicación en las cárceles, pues ocho de cada asesinatos dolosos y casi todas las extorsiones, son diseñados desde las cárceles. Logró que las empresas telefónicas bloqueen la señal de teléfono en los reclusorios.
Bukele instaló en las prisiones tiendas del gobierno, en las cuales los familiares de los reos depositan sumas de dinero, con las cuales los presos compran lo que necesitan para vivir en la cárcel. Así, el gobierno les saca 17 millones de dólares al mes.
2.- Recuperar los centros de grandes ciudades, porque es las urbes donde los grupos criminales tienen el mayor flujo de dinero en locales de diferentes ramos. En esos lugares, Bukele concentra el mayor despliegue al Ejército, y colocó cámaras de vigilancia.
3.- Atacar las finanzas de los grupos criminales, mediante fiscalización y penalización de las empresas y bancos, con los cuales blanquean el dinero y financian sus operaciones.
El presidente mexicano exhorta a los criminales a “no actuar de manera violenta”, y registra 161 mil 75 asesinados en cinco años de gobierno, aunque su Ejército es uno de los más ricos del mundo, con un manejo de dos mil millones de dólares.
Dos autócratas, dos visiones.