Al leer el alcance que tuvo Petróleos Mexicanos (Pemex), para ocultar las cifras reales de los derrames de crudo en el Golfo dé México, fue inevitable para mi recordar la frase de ”Me dueles México”; porqué? Porque realmente es inaudito que la empresa más grande del país, pretenda tapar el sol con un dedo, ya que ese derrame de crudo fue de al menos, 400 kilómetros cuadrados, equivalente al doble de tamaño de la ciudad de Guadalajara, según varios medios de comunicación.
El científico y geógrafo, Guillermo Tamburini, fue el primero en ver la gran mancha en el mar, al utilizar imágenes obtenidas por una empresa privada y por la Agencia Espacial Europea. Es decir, de no haber sido por él, segura estoy de que seguiríamos sin saber qué es lo qué pasa, ya que gracias a su información, logró que el derrame se viera cómo lo que es, un daño
ambiental enorme, que simplemente es consecuencia del descuido gubernamental qué hoy existe, en un tema que debería ser mayor.
Mencioné la palabra dolor, por el simple y sencillo hecho, de que después de toda la evidencia que mostró públicamente, un científico que no es experto en temas de petróleo, que no actuó con doló, que simplemente realizó una búsqueda fortuita; PEMEX salga a querer insultar la inteligencia de las y los mexicanos , al decir que el derrame de petróleo solo alcanzó una extensión de 0.06 kilómetros, cuando en realidad fueron 400 km! Y nos salga como el Presidente “con otros datos” es realmente ofender a la nación.
Y es ofensivo, porque petróleos mexicanos, sigue recibiendo recursos millonarios para su operación. Según datos del IMCO, entre enero de 2019 y junio de 2022 el gobierno federal apoyó a Pemex con $792 mil millones de pesos, un presupuesto monumental, entonces, ¿cómo es posible que no haya un presupuesto suficiente para el mantenimiento de ductos, que mitiguen los constantes derrames y fugas de hidrocarburos?
El daño es colosal; y lo menciono porque no es el primer derrame que se da en el país, los derrames de crudo dañan los sistemas lagunares que afectan la cadena natural de alimentación, matan a miles de especies endémicas, provocan una degradación ambiental, que ya de por si, tenemos por la sobreexplotación de recursos, las nuevas instalaciones de la refinería; y el mal manejo energético que tenemos.
Nada más para que nos demos una idea; un ecosistema, después de un derrame de crudo, tarda en recuperarse aproximadamente de 10 a 20 años, pero si el vertido penetra el sustrato marino en la arena y el fango, por supuesto que tardará mucho más. Lo qué sucedió no es un tema menor es una afectación al patrimonio más grande, nuestra biodiversidad. Me dueles querido México