Rubén Cortés
Los militares mexicanos le agarraron más gusto al dinero, al amacizarse en la autollamada Cuarta Transformación. Ya manejan miles y miles y miles de millones de pesos en el Presupuesto de este año. Pero acaban de pedir ¡mil millones de pesos extra!
Ahora quieren esa barbaridad de dinero, que sale de los bolsillos de quienes pagan impuestos, pues el gobierno no produce dinero. Lo quieren para comprar 40 lanchas patrulleras interceptoras de alta velocidad, y así combatir el tráfico de drogas en el mar.
Y, antes, habían pedido 671.4 millones de pesos, también extra al Presupuesto de 2023, para reemplazar su armamento y “elevar la moral de las tropas y minimizar los esfuerzos físicos de las actividades”.
Hay que insistir en que esos mil millones de pesos para lanchas, y esos 671.4 millones para elevar la moral de las tropas, son fuera de presupuesto y fuera de todo el dinero que reciben para realizar las obras favoritas del presidente.
Porque el presupuesto de todas las fuerzas coercitivas de México para este año es sencillamente descomunal. El Índice estadounidense Global Firepower lo cifra en dos mil millones de dólares: el decimotercer Ejército del mundo más dinero.
Pero veamos cuánto les dieron los diputados de Morena en el Presupuesto 2023, que el presidente les pidió aprobar a ciegas, sin cambiarle ni una coma:
–Para la SEDENA: 73 mil 592.88 millones de pesos
— Para la SEMAR: 28 mil 880.87 millones de pesos
–Para la SSPC: dos mil 813.45 millones de pesos
–Para la seguridad del presidente: 15 mil millones de pesos
–Para la Guardia Nacional: 67 mil 826 millones de pesos
¿Qué hacen los militares mexicanos con esas exorbitantes cantidades de recursos? Pues, muy poco, al menos en su obligación constitucional, militar, civil y moral de garantizar la seguridad de todos los habitantes del país.
Hasta el martes, se habían registrado 160 mil cuatro asesinatos en México, durante los primeros cinco años del actual gobierno. Con esta cifra, el actual presidente registra en cinco años, cuatro mil asesinatos más que Enrique Peña en sus seis años.
Quiere decir que, al menos en la seguridad pública, no parece que sea bien gastado el dinero que reciben las fuerzas del orden en México. A menos que sus generales y tropas sean muy poco talentosos, y, en cambio, los criminales estén mejor preparados.
Porque nadan en lana. ¿cuánto más tienen? Bueno, son la mayor empresa del Estado, al gobernar el consorcio Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca, Maya, Mexica SA de CV, que administra más de 300 mil millones de pesos.
Pero se les caen helicópteros en operativos, por falta de gasolina.
Grotesco.
¡Y quieren más dinero!