- Tiene más de 20 estados y va por otros en las elecciones del 2024
- Barrio Santiago, adefesio frente al histórico Acueducto de Querétaro
- Resistencias ante proyecto eléctrico del gobierno estatal de Querétaro
- El gobernador Mauricio Kuri no escucha el canto de las sirenas
Serenos morenos.
A cinco años de su triunfo electoral, que celebrará este sábado en el Zócalo, Andrés Manuel López Obrador mantiene un alto nivel de popularidad, el mando de su sucesión y el avasallamiento en contra de los partidos de oposición, los órganos autónomos, las organizaciones civiles y hasta el Poder Judicial. Su movimiento de Regeneración Nacional ha ganado más de 20 gubernaturas y va por más.
El control es casi total. Como no lo ha tenido ningún presidente en la historia moderna, incluidos Luis Echeverría, Carlos Salinas y Vicente Fox, a pesar de los graves errores en la conducción de este país ensangrentado por la delincuencia organizada y la polarización alimentada en las conferencias mañaneras.
López Obrador es un fenómeno.
Así puede entenderse que, de acuerdo con la última encuesta de Consulta Mitofsky, sólo en cuatro de las 32 entidades de la República los gobernadores lo superen en aprobación: Aguascalientes, Querétaro, Guanajuato y la Ciudad de México, en ese orden. Las tres primeras aún son de Acción Nacional mientras la capital es de la llamada izquierda desde 1997 cuando la ganó el PRD con Cuauhtémoc Cárdenas.
Guanajuato, el estado más violento, es todo un caso porque el PAN podría perderlo después de gobernarlo sin pausa a partir de 1991 y no obstante la aprobación del gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo. Fuentes presumiblemente enteradas aseguran que un político de medio pelo, Francisco Ricardo Sheffield Padilla -actual procurador federal del consumidor y miembro de Morena- es el favorito para ganar los comicios del año próximo.
Al Partido Acción Nacional solo le quedan cinco gubernaturas. Sus principales bastiones son los tres en donde los ejecutivos locales tienen mayor aceptación que el presidente. Aguascalientes, se acaba de renovar, Guanajuato va en el paquete de los nueve del 2024 y Querétaro hasta el 2027.
Sin embargo, ya hay morenistas que afilan cuchillos y (a pesar de su división interna) anticipan triunfos en algunos de los principales municipios de la entidad para el año próximo, sobre todo la capital y San Juan del Río.
El triunfo o la derrota dependerán de varios factores, sobre todo de la selección de cartas para la competencia, de uno y otro lado.
El PAN tiene aquí a la secretaria de Gobierno Lupita Murguía, al diputado federal Felifer Macías y al secretario de Desarrollo Social, Agustín Dorantes. Buenos candidatos, pues. Morena tiene a Paloma Arce y Arturo Maximiliano. No sería lo mismo competir con ellos que con los impresentables Mauricio Ruiz Olaes o Juan José Jiménez.
Lo mismo puede decirse de San Juan del Río, donde el panista Roberto Cabrera Valencia buscará la reelección frente a Edgar Inzunza, Sharon López, Rosa María Ríos, Ricardo Badillo o, en un remoto caso, ante el ex titular de la UIF, Santiago Nieto Castillo que más bien iría al Senado.
En esos ayuntamientos, como en El Marqués y Corregidora, Morena buscará la puerta de Querétaro, después de que en el 2021 le fue muy mal. El PAN tuvo un gran candidato al gobierno, Mauricio Kuri, que sacó 30 puntos de ventaja y -aunque no oiga el canto de las sirenas- ha sido mencionado como opción para la presidencia de la República.
Ahora no estará en la boleta, pero sí el desempeño y la concreción de proyectos como el del Acueducto III y el de aumentar 50 por ciento el suministro eléctrico, además de la culminación de obras en proceso, destacadamente el Paseo 5 de Febrero.
De estos temas se seguirá hablando y escribiendo mucho, pues ya solamente faltan 11 meses para las elecciones y mañana se celebra el quinto aniversario de la elección de López Obrador.
Como dijo Ebrard, sonríe, todo va a estar bien.
¿O cómo era?
-BLANCAS Y NEGRAS-
Barrio Santiago.
Lo que no quiso o no pudo hacer el INAH lo consiguió el Covid 19, la suspensión de obras en el complejo comercial, financiero y hotelero de la ciudad, ubicado frente a histórico Acueducto. La pandemia retrasó la construcción del megaproyecto en el que llegamos a ver más de dos mil trabajadores y hoy está suspendido. El tema se complicó más por la muerte de uno de los socios y las denuncias de fraude de algunos compradores que esperaban sus oficinas o locales desde el año pasado.
“Haiga sido como haiga sido”, Barrio Santiago sigue en obra negra y es un elefante blanco tirado que afea el entorno de nuestro principal monumento: El Acueducto, sin que desgraciadamente se le vea fin a los trabajos, aunque ya anuncien una sucursal de la famosa taquería de La Gaoneras o la sucursal de un banco español.
Muchas zonas de Querétaro han sufrido apagones porque el crecimiento de la zona metropolitana ha rebasado la capacidad de suministro, por lo que el gobernador Mauricio Kuri creó la Agencia de Energía y contrató para dirigirla al superintendente histórico de la CFE, Mauricio Caracheo. El proyecto, que involucra al sector privado, será anunciado el 6 de julio.
Sin embargo hay resistencias en instancias del gobierno federal por el precedente que se sentaría con un estado dirigiendo el tema energético que es federal y que, de realizarse, podría ser imitado y reclamado por otras entidades.
-EL HISTORIETARIO-
¡Qué país!
Era el grito de guerra y de paz de Ezequiel Martínez Ángeles, desaparecido hace 14años, el reportero, columnista, abogado y maestro de historia de México y teoría del Estado en la UAQ, que condujo por más de cinco lustros el programa “A micrófono abierto” y fue jefe de información de los dos periódicos más antiguos de la ciudad.
En su honor el Congreso del Estado instituyó el Premio Estatal de Periodismo “Ezequiel Martínez Ángeles”, desaparecido en la administración anterior.
Este columnista tuvo el privilegio de la amistad con Cheque y de compartir, por años, trabajo conjunto en prensa y radio, viajes nacionales e internacionales, además –y eso fue lo mejor- intensas relaciones familiares,.
A su paso por el diarismo local, Ezequiel dejó magistrales columnas, denominadas “Transparencia” en su primera época y “El Urbanita”, ya con un estilo más acabado, en las que pugnó por un desarrollo equilibrado de las ciudades, que privilegiara a la persona por encima de los automotores.
Ejerció la crítica a los planes gubernamentales y a las desviaciones de funcionarios, como fue el caso de uno de los procuradores de Rafael Camacho Guzmán, destituido después de reconocer en una entrevista con él que “todos somos corruptos”. No lo corro por corrupto, sino por pendejo, aclaró el entonces gobernador.
Igualmente desató la polémica al calificar al Congreso del Estado como un circo, por la falta de seriedad y capacidad de los diputados en el tratamiento de los asuntos legislativos. El líder de la Cámara le exigió retractarse, cosa que, por supuesto, no hizo.
Tuvo un acendrado amor por Querétaro, ciudad en la que nació el 27 de noviembre de 1955 en la maternidad de la señora Blanco, cerca de San Antonio, pero vivió toda su infancia en la calle del Hidalgo, presumiéndose -contradictoriamente- como vecino del Barrio de Santa Ana y ciudadano del mundo, que pugnaba por la desaparición de las fronteras y las banderas.
En sus clases de preparatoria desmitificaba la historia nacional y en especial el periodo de la Revolución Mexicana, que negaba, recordando cómo nuestros héroes se mataban los unos a los otros.
“Cheque”, era amante de la buena mesa y de los buenos tintos, así como de los “Sol y sombra” que disfrutaba con sus amigos, a los que se prodigaba, cálido y total, cuando adquirían ese rango, reservado solamente para sus pares.
Desconfiaba de los políticos y condenaba el crecimiento desordenado de la zona metropolitana y especialmente la salvaje invasión de la mancha urbana sobre las tierras agrícolas.
Se mantuvo siempre como un lector empedernido de periódicos y de libros sobre la ciencia jurídica y el fenómeno de la comunicación.
Su frase de batalla “¡Qué país” hacía el ritual. Una especie de ábrete sésamo para dialogar con sus compañeros y amigos, con los que cotidianamente discutía de política y de medios en su mesa de un café del Portal Quemado, en la Plaza de Armas, en donde se convirtió en un cliente tan frecuente que ya era parte del paisaje.
Fue un hombre incorruptible, de profundas convicciones y sin mayores ambiciones materiales. Murió a los 53 años, el 28 de junio de 2009, a unos días de las elecciones estatales, cuyo resultado le hubiera agradado ver, porque ganó José Calzada Rovirosa, colaborador suyo en la radio, aunque probablemente hubiera criticado su forma de gobernar sin colores y, sobre todo, la entrega al PAN.
Muy minada su salud, acudía a transmitir su programa “A micrófono abierto”, cosa que hizo hasta unos días antes de ser internado en la clínica, heredando a sus hijos Betzabé, Oriana e Imanol el rico patrimonio de su honestidad, compromiso social y profesionalismo.
Nunca buscó el halago ni las medallas, por eso resultaba paradójico que el congreso de los diputados, a los que tanto criticó, haya creado la presea al mérito periodístico que, muy merecidamente, llevaba su nombre y que en los malos tiempos para el periodismo, desapareció.
Nos han hecho mucha falta la amistad y el análisis de Ezequiel Martínez en estos tiempos de luces y sombras.
¡Qué país!” diría él.
-LA FRASE DE LA SEMANA-
Descarte.
No escucho el canto de las sirenas: Mauricio Kuri al reiterar su decisión de no aspirar a la candidatura presidencial por los partidos de la oposición a Morena.
Bien hecho.
-¡JUGADA FINAL!-
Vivillos.
A quienes apuestan a que el ingeniero Fernando González Salinas terminará la obra del Paseo 5 de Febrero antes que los desarrolladores la construcción del Barrio Santiago, un ventajoso ¡Jaque Mate!