Tienda La Ciudad de México, Querétaro, oficina principal 8 de febrero 1903.
Los estantes de la suntuosa tienda de cajón -así le dice la gente- que asemejan vitrinas parisinas están llenas de elegante ropa y perfumes caros, destellos multicolores de planos deslumbran a quienes por primera vez ingresan, los cedros aromatizan al observador envolviéndolo en una gala de frescura y recuerdos de infancias alegres, quienes asisten a los compradores son verdaderos expertos en el arte de hacer creer que nadie puede salir sin comprar algo ¡Lo hacen valer!
La escalera que sube a un pequeño desnivel de madera le hace de oficina al elegante extranjero Agustín Arnaud – propietario del establecimiento- quien lleva semanas tratando de idear aquello que le pidió Don Desiderio Reséndiz acerca de conformar una planilla para activar el mandato presidencial de Don Porfirio Díaz, una cámara de comercio como las de los norteamericanos; lleva varios días de ir y venir la noticia ¡Pero que nada se hace para formalizarla! Le auxilia su acompañante de oficina y encargada de almacén Lolita McCormick – de aquellas afamadas hermanas que tenían una escuela de primeras letras-.
-¿Dime Lolita a cuánto nos quedó en almacén de perfumes y ropa?
– Como a la mitad, ya mandé a los muchachos a revisar la llegada del tren a la estación de Hércules para ver si algunas cajas se hayan quedado o de plano vamos a tener que ir a Celaya a recuperarlas, déjeme le digo… son unas cajas de zapatos con ciento veinte pares, un cajón de ropa de doscientos coordinados y de los perfumes el vagón completo de unos veinte cajones de trescientas piezas cada uno, son un total de ciento veinte mil pesos en mercancía.
-Ya nos urge que terminen la estación de aquí en Querétaro para no andar pescando mercancías ¡Solo Desiderio goza de ese privilegio de parar la locomotora para bajar sus productos! Los demás tenemos que esperar y adivinar a dónde llegaron ¿Qué me tienes del escrito que pidió el notario para lo de la cámara de comercio?
-Está en el primer cajón señor ¡Terminado y revisado! Solo faltan unas firmas y que quienes forman la plantilla y listo ¡Al señor notario!
-Déjame lo leo… a ver: presidente Don Desiderio, primer vocal Toño Loyola, tesorero el abogado Ángel… Joaquín Luth vicepresidente… ¿Y yo dónde quedé?
-Abajo señor, como secretario.
-¡Ah sí ya lo veo! Pues ni hablar directo al notario ¿Sabes a qué hora llega Don Desiderio?
-Ya está aquí señor ¿Le hago pasar?
Don Desiderio ya se andaba apalabrando con unos clientes que buscaban un abrigo y que en ese momento “La Ciudad de México” no lo tenía, dándole una tarjeta para que fueran a “La Concordia” ahí no solo encontrarían la pieza ¡Sino que con un descuento! Lo hicieron subir al desnivel y lo recibieron con un poco de molestia por lo sucedido.
-¡Vaya Desiderio que de no hacerte entrar arrasas con todos mis clientes!
-Disculpa amigo pero si no lo tienes tu ¡Yo se lo consigo!
-Mira amigo tengo ya el escrito para el señor notario, revisado tal cual como nos lo pediste, pero me insiste el hijo de Don Cayetano Rubio, Carlos María, en ingresar a la cámara como beneficio y respuesta a todo lo que ellos como familia hicieron por la ciudad ¡Dicen que ese documento debería estar firmado por ellos que trajeron la modernidad y suntuosidad!
-¡El presidente Díaz no quiere ni verlo! Sus fábricas han esclavizado a la mayoría de sus trabajadores, con jornadas de más de 20 horas, viven acinados en la fábrica, en condiciones higiénicas deplorables, los mantiene con su tienda de raya para quitarles el dinero y todavía dice que ha hecho mucho por la ciudad ¡El teatro Iturbide ha sido lo único que rescatamos y el orfanato! De las enfermedades y envenenamiento de las mujeres que rodean sus textilerías ya ni hablamos ¡Progreso sí! Pero a qué precio.
-¿Entonces lo vamos a dejar afuera? Nos metemos en problemas porque controla muy bien las tiendas de telares y las fábricas de ropa en la ciudad de México, nos puede bloquear el comercio.
-Yo no le tengo miedo ¡Ha sido instrucción del presidente Díaz no incluirlo y no voy a desobedecerlo! Oye en otra idea, qué pasó con quienes serán los testigos para la firma de la cámara ante el notario ¿Ya tienes la lista? Debemos tenerla pronto porque la debo mandar a Palacio Nacional a la secretaria de gobierno con Limantour.
-Tengo algunos, mira, Andrés Manuel Suzán de su zapatería “La Cenicienta”; Braulio Guerra de la textilería” San José” la que está allá por Callejas; Miguel Lámbarri de la imprenta Litográfica; Nemesio Rivera de la cajonera “La Novedad”; Alfonso Camacho de la botica “La Salud” y Benito Machuca de la abarrotera “El Ruiseñor”
-Me parece muy bien ¡Todo aprobados y buenos amigos! Mañana por favor hay que presentar el documento al notario Esquivel y luego ir a solicitar a la legislatura la audiencia para lograr que nos tomen en cuenta en la ley de comercio que se está diseñando, hay que mandar una copia a presidencia en Castillo de Chapultepec para el visto bueno ¿Qué más nos falta?
-Lo de la fiesta Desiderio ¡Una buena cena y comilona! Para demostrarle a los destileros que el comercio en Querétaro está organizado ¿No te parece buena idea?
-Mejor no será posible, busca por favor al licenciado Rodríguez Septién que es el encargado de protocolos del gobernador Francisco González de Cosío ¡En sus ratos libres se dedica a banquetes y esas cosas!
Anotó la encomienda y se despidieron, no sin tantes acompañar a Don Desiderio hasta la puerta del negocio ¡No vaya ser que se le ocurra recomendar su Concordia!
Casa del Gobernador González de Cosío, 8 de febrero de 1903, cayendo la tarde.
¡La hora del café es sagrada! Es tal vez el único momento en donde el equipo de trabajo del gobernador de Querétaro logra ponerse de acuerdo y tomar algunas decisiones sanas, sin la prisa del tiempo, observando pros y contras, es también el momento para la charlotada de hacerse de la comidilla de lo que pasa en la ciudad, las nuevas que traen a tan bulliciosa jornada comercial ¡Que no para por donde se le vea! Moviendo el dinero y haciendo de este punto geográfico diferente a las demás ciudades capitales.
-Dime amigo Rosendo ¿Qué jaleo se trae el ayuntamiento por lo de las licencias de los destileros en sus centros de expedición?- cantinas-.
-Pues verá señor gobernador los comercios a favor de Don Desiderio ya no les compraron el ron, alcoholes de caña, piloncillo y materia prima de caramelo ¡Dejando las bodegas a tope! Ellos quisieron abrir su propio expendio de rones pero el ayuntamiento les alegó que los permisos no serían dados si no cumplían con los usos de locales como lo hace el comercio organizado.
-¡Pinche Desiderio en todo está!
-Los destiladores se pusieron bravos y golpearon a los gendarmes que clausuraron las cantinas abiertas sin permiso ¡Aquello se hizo un desorden! Fueron tantos los detenidos que llenaron las galeras de la comisaría. El ayuntamiento decretó el cierre total de los negocios hasta el próximo año y que no habrá las licencias pertinentes a venta de bebidas ¡Están furiosos!
Todos rieron mientras el café exprés se iba preparando, así uno a uno comentaba lo sucedido por la mañana, cuando le tocó el turno al licenciado Esteban Alcocer – esposo de Lolita McCormick-.
-Mi señora me hizo ver que ya tienen el documento de la cámara de comercio listo, tanto la planilla como los testigos y que será presentado a la legislatura para la nueva ley, además que dos tantos ya salieron a Palacio Nacional y Castillo de Chapultepec para el acuse y recibo ¡Están a nada de lograr la conformación de la cámara de comercio! Creo que ahora sí no será posible pararles. Por cierto gobernador vino en la mañana una persona de extrañas formas, un bigote falso y un peinado incómodo, solicitó audiencia con usted y estamos en espera para que nos confirme de su agenda señor.
-¿Dices que ya salieron los papeles con destino al presidente Porfirio Díaz? Eso si me preocupa, lo del personaje dale cita para el viernes que viene por la mañana, así vemos de que se trata.
-Me solicitó fuera lo antes posible, y me indicó que le diera esta tarjeta.
Le mostró una fina tarjeta perfectamente bien estructurada con un compás y una escuadra, con el número “treinta y tres” al reverso. El gobernador se puso nervioso y cambió la fecha:
-Quiero que vayas al hotel donde se hospeda y cítalo para mañana a las ocho temprano -de inmediato guardó la tarjeta y se subió a su despacho sin terminar su café, todos se sorprendieron.
9 de febrero de 1903, oficina principal de la casa del gobernador.
En un riguroso y estricto traje negro de finos matices con rayas transversales, una camisa impecable de albos vaivenes, gemelos finos de oro macizo -que pocas veces utiliza- el peinado cuidadoso llegó el gobernador Francisco González de Cosío a la cita muy de mañana, espera a el grado más alto de una logia que gobierna el país que a fines de no saber el asunto que lo trae su protocolo le exige la mayor atención y obediencia.
El extraño personaje de falsos bigotes llegó con una puntualidad inglesa, con un traje azul marino que dista poco de un total oscuro, una camisa dorada de tonos suaves a la contrafuerza de la luz y un arreglo impecable le hace las presentaciones.
-No vayamos mas allá estimado señor gobernador de solamente traer buenas nuevas desde la presidencia, signos acertados de un mensaje personal por parte de nuestro gran maestre Don Porfirio Díaz, quien hace saber de su total intención hacia su persona, le pregunto ¿Está dispuesto a saber del mensaje?
-¡Sí señor estoy dispuesto!
-Que se sepa de primera persona que ya es de su excelencia maestre saber de la existencia de que aún no existen las facilidades para lograr construir un conjunto de órdenes que se han mandado y que no se ejecutan en la obligación que se construyó.
-Que así lo comprendo y se me indique con claridad cuáles no he cumplido -dijo el gobernador.
-Que a bien se le ha indicado el apoyo completo para las facilidades de lograr una hidroeléctrica y que a bien por día de fecha hoy, no se han cumplido los trámites. Que el camino hacia la conformación de una simple organización de comerciantes no se ha indicado.
-Que así lo comprendo y se me indique con claridad cuál no he cumplido – repitió el gobernador casi programado.
-¡La conformación de la cámara de comercio! Que a intereses que usted aún no se le ha indicado el menester debe de saber que existe un profundo y atento compromiso con lograr esta cámara ante la presencia de nuestra tierra en vecinos eventos de magnificencia.
Para este momento el gobernador González de Cosío ya suda y respira con dificultad, un poco por el estrecho traje de pose y otro porque ahora sí no habrá manera de sabotear a Don Desiderio.
-Que se me indique los favores -continua el gobernador- por los cuales un simple vano debe ser acompañado por un aspirante a maestre como yo.
-Porque son indicaciones por encima de su voluntad-le contestó el visitante- que de claro quede que solo habrá un singular aviso, de lo contrario, nos veremos en la penosa necesidad de considerar desacato a nuestra logia sus acciones y será sometido a consejo.
El elegante personaje se despidió con lo acostumbrado, se hizo a bien caminar por la casa palacio del gobernador y darse cuenta que ya más de veinte años en el poder posiblemente había afectado la visión del mandatario en lo elocuente de una clara idea para el presidente Don Porfirio Díaz, hacer de México una potencia económica mundial, camino que ya lleva recorrido con amplios beneficios.
Se subió al coche carroza de brillos azabaches con cristalería cortada como ventanales, con su bastón tocó el techo para indicarle a cochero que debía de caminar – ¡A la casa de Don Desiderio por favor! -hizo a bien un aromático tabaco y lo encendió entre la visión de mirar la fachada de grana piedra que cubre el total de la construcción, recordando aquellas de la ciudad de México, donde los resquicios del palacio del emperador Moctezuma son utilizados como signo de poder de los palacios novohispanos que nutren aquella.
La carroza pasaba por la calle de suntuosas casonas y espectaculares ejércitos de trabajadores que hacen útil y dinámico el trabajo que es solo atender a los señores de la casa, el esfuerzo de una ciudad comercial como ninguna que conociera, el hervor de mover cantidades grandes de dinero le hacen de su valía que un banco urge para atender tales necesidades.
-¿En dónde guardarán sus valiosas reservas de oro y dinero estas personas? No hay bancos, casas de finanzas, corredurías, tal parece que en sus propias casonas tendrán caja fuerte o bóvedas -meditaba cuando el cochero le indicó que habían llegado.
Se hizo a bien desajustar su bigote, se despeinó y cambió de chaqueta por una de roídos codos, se quitó su catalejo y de inmediato la postura la cambió por una desfachatada curvatura de espalda, Don Desiderio al verlo se acercó a recibir a su alocado personaje “enviado de incógnito” por el propio presidente Don Porfirio Díaz.
Continuará…