Hace unas semanas se celebraron los comicios para gobernadores del Edomex. Contendieron dos mujeres: Alejandra del Moral y Delfina Gómez. Aquella, una mujer joven, atractiva con una trayectoria aparentemente limpia, por la ‘Alianza va por México’; lista por Morena y sus aliados. La votación alcanzó apenas 48 por ciento. Y el triunfo fue la profesora Delfina, pero no tan contundente como se creía según las encuestas. La ceguera es incomprensible dados los antecedentes oscuros de la profesora: como alcaldesa de Texcoco que despojó a sus empleados 10 por ciento de su salario; como senadora pasó desapercibida y al frente de la secretaria de Educación fue un desastre: desapareció las escuelas de tiempo completo, las estancias infantiles y, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, no pudo rendir cuentas de 817 millones de pesos. ¡Una verdadera delincuente! Amén de dar muestras de ser una analfabeta funcional, pues que ni siquiera pronunciar correctamente las palabras más sencillas: el nadie se convirtió en ‘nadien’.
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Durante muchos años laboré en el Edomex. Conozco su complejidad, de la que ‘Delfi’ no tiene la menor idea. Y aun así esa chapucera no ha tenido el mínimo recato para tomar una responsabilidad tan grande. La acompañarán Horacio Duarte, probable secretario de Gobierno, ex director de Aduanas, por cierto en la mira del Departamento de Estado de USA, por su conducción irregular en ese encargo, e Higinio Mtez, su padrino y cómplice en el cobro de los diezmos.
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Y lo más grave, la atmósfera enrarecida por los cárteles de la delincuencia organizada: 19 grupos que incluyen ‘La familia Michoacana’, ‘Jalisco Nueva Generación’, ‘Unión Tepito’, ‘Nuevo Imperio’ y otros menores como ‘Los catarinos’.
Qué hará la profesora inepta, ante tamaños desafíos. Sólo Dios sabe. A los mexiquenses les deseo suerte. Y que el señor los agarre confesos. López se mostró feliz por haberse apropiado de la ‘Joya de la corona’. Pero no adivina lo que le espera a su pupila.