Saturnino Ramón Ruiz Salazar
La cultura de la prevención es una de las encomiendas más importantes de todos los pediatras. Constituye una herramienta indispensable para la misión de proteger la vida de los más pequeños, ya que al fomentarse en las familias, es posible identificar y abordar riesgos para la salud durante las visitas médicas. Y, de esta manera, lograr un crecimiento y desarrollo saludables.
Es fundamental destacar que las consultas deben programarse según lo recomendado por la Asociación Americana de Pediatría (AAP). 1) Recién nacido: Consulta en los primeros días de vida. La segunda, entre los 15 y 30 días. 2) Lactantes: Visitas a la edad de 2, 4, 6, 9, 12, 15 y 18 meses. 3) A partir de los 2 años, acudir al menos 1 vez al año o, con mayor frecuencia, según las necesidades de cada paciente, hasta terminar la adolescencia.
Estas consultas permiten al médico realizar evaluaciones periódicas del crecimiento, desarrollo y, estado de salud del niño o niña. Durante estas visitas se llevan a cabo diversas medidas preventivas, principalmente la vacunación. El Esquema Nacional de Vacunación es el eje del sistema de prevención en salud en el país, su cumplimiento ayuda a prevenir y disminuir la intensidad con la que afectan diferentes enfermedades infectocontagiosas.
Otro aspecto crucial a abordar durante la atención pediátrica, es la promoción de un estilo de vida saludable. El pediatra está capacitado para orientar y enseñar a las familias sobre una alimentación balanceada, adecuadamente distribuida entre los requerimientos proteico-calóricos de los niños, según su edad y/o, sus diferentes estados de salud. En consulta puede realizar recomendaciones para el consumo de una dieta equilibrada, rica en vegetales y alimentos nutritivos, y advertencias en limitar el consumo de alimentos procesados y bebidas azucaradas. Vigila el crecimiento durante su camino a la edad adulta y, promueve la actividad física regular, que contribuye al desarrollo óptimo de los músculos y huesos, y previene enfermedades crónicas.
La prevención también incluye el identificar de manera oportuna posibles problemas de salud. El médico solicitará exámenes de tamizaje de enfermedades, por ejemplo las pruebas auditivas y visuales o estudios de laboratorio que ayudan a identificar a tiempo cualquier posible alteración. Esto facilita la intervención temprana para establecer el tratamiento adecuado.
El pediatra cuida también de la salud mental. Aborda y valora mediante diferentes pruebas el desarrollo neurológico, y es capaz de detectar trastornos emocionales, del comportamiento y/o del desarrollo. Puede ser asistido por otros profesionales de la salud para que en la transición de la niñez a la mayoría de edad, se desarrollen adultos funcionales y en bienestar. Promueve la educación en habilidades sociales para que los chicos alcancen la madurez emocional y puedan hacer frente a los desafíos que la vida les presente.
En resumen, un pediatra es el guardián del adecuado desarrollo biológico, psicológico y social de cada niño. Brinda acompañamiento a todo este proceso llamado crecer; vigila de una manera personalizada las necesidades individuales de cada paciente y, garantiza su óptimo desarrollo en todas las áreas de su vida.
Y tú, ¿ya visitaste a tu pediatra?
Nefrólogo Pediatra.
Miembro de la mesa directiva del Colegio de Pediatras del Estado de Querétaro, A. C.