Eduardo Arias Kanemoto
Los niños y adolescentes de esta era digital se encuentran cada vez más expuestos a dispositivos electrónicos (pantallas de televisión, teléfonos inteligentes, tabletas, consolas de videojuegos, computadoras, etc.) y, al contenido de aplicaciones como You Tube, Instagram, Tik-Tok, por mencionar algunas. Sin embargo, esta exposición está sucediendo a edades más tempranas, incluso desde bebés. Si bien, cuando se utilizan de manera razonada pueden favorecer el acceso inmediato a información, utilizarlas en exceso puede causar consecuencias en el desarrollo neurológico y social.
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, los niños y sus padres se han visto en la necesidad de aprender a utilizar herramientas tecnológicas para continuar la educación a distancia. Sin embargo, esta situación ha traído consecuencias para los niños menos favorecidos que no tengan acceso a estos dispositivos.
Por otro lado, el abuso del tiempo que pasan frente a los dispositivos ha repercutido en falta de comunicación en casa, durante las comidas, o en el tiempo de recreación.
Es notorio que ahora el contacto físico es mucho menor que antes. La mayor parte de las familias no leen textos a sus hijos de manera temprana, a pesar de que los libros son los que favorecen el desarrollo del lenguaje, la comprensión, la imaginación y la creatividad. Especialmente, cuando durante la lectura se establece contacto físico, ya que de esta manera se logra una atención adecuada.
Los niños aprenden el lenguaje al ver y escuchar a su madre, de ahí que se acuñe al término “lengua materna”. Y, de la misma manera, aprenden conductas y reglas de la familia, de la sociedad y de la escuela. Por lo que, es trascendental favorecer el juego en grupos y, cantarles canciones. De estas últimas, se prefiere las que en su letra cuenten una historia que puedan memorizar, como las tradicionales de Cri-Cri, Cepillín, Chabelo o Tatiana (las cuales se pueden encontrar fácilmente en plataformas de música).
También, a menudo se detecta retraso o pérdida de habilidades motoras gruesas y finas, ya que a los niños ya no se les enseña a vestirse, desabotonarse, amarrarse las agujetas, escribir, recortar, dibujar o, tener juguetes físicos. Todo esto es importante para favorecer el movimiento como saltar, patear o correr; además, promueven el movimiento fino de los dedos y manos.
El confinamiento por la pandemia ha provocado un rezago educativo en el aprendizaje de la lectura y las matemáticas; además de una deficiencia generalizada en las habilidades sociales, lo que continúa dificultando la reintegración a la escuela desde etapas tan tempranas como el preescolar. En el consultorio es cada vez más frecuente ver lactantes y preescolares de 3 o más años que no han desarrollado el lenguaje o, presentan problemas de conducta (berrinches) al retirarles los dispositivos electrónicos. Los padres en lugar de observar y analizar el motivo del disgusto, les regresan los medios digitales para calmarlos, o los utilizan para que acepten la comida.
El Colegio de Pediatras del Estado de Querétaro, A. C., recomienda firmemente regresar a la educación tradicional y, utilizar los dispositivos tecnológicos de manera razonada.
Dr. Eduardo Arias Kanemoto.
Neurólogo pediatra y presidente del Colegio de Pediatras del Estado de Querétaro, A. C.
Dra. Lilian Esparza Anaya.
Médico pediatra y miembro de la mesa directiva del Colegio de Pediatras del Estado de Querétaro, A. C.
Dr. Saturnino Ramón Ruiz Salazar.
Nefrólogo pediatra y miembro de la mesa directiva del Colegio de Pediatras del Estado de Querétaro, A. C.