Plazuela de la Real Fábrica, 18 de enero de 1903.
Los tonos violáceos del falleciente día le dan al jardín espectrales esparcimientos a la llegada de la noche, una luna vigila a los gráciles amantes que caminan entre las araucarias, aromáticos mentoles de las jardineras despiertan el fervor de quienes le toman de tálamo, vigilantes serenos dan el anuncio con las farolas que destellan los primeros lúmenes de la plazuela. La cita para la primera sesión a la que convocó Don Desiderio Reséndiz a los comerciantes en general de la ciudad de Querétaro fueron los jardines públicos de la Real Fábrica, adyacente a la calzada de Belén en su intersección con la calle del Colegio y Beaterio de las Carmelitas, donde caminarían a las instalaciones de la fábrica de Tabaco para mostrarles el plan de la conformación de una cámara de comercio – razón ya de obligación para él mismo -.
Citados todos quienes conforman las sesiones de cada semana, donde en pleno se exigen al gobernador el tema de exentar impuestos a las nuevas fábricas que dan trabajo a los queretanos, pero a los comerciantes no se les dan esos beneficios, así que organizados se cree tendrán mejores resultados en estos temas. El exagerado apoyo del gobernador Francisco González de Cosío a los industriales tiene molestos a los comerciantes de la ciudad. Los primeros en llegar a la cita fueron los hermanos José Luis y José Manuel Domínguez, propietarios de la zapatería “Esclava de la Moda” ubicada en la calle primera de San Antonio número tres, expendio especializado en pieles de lujo de zorros, hurones, liebres…etc, así como artículos de lujo y zapatos hechos a la medida. Un par de dicharacheros queretanos – buenos para el albur y el doble sentido- famosos por ser los primeros en llegar y los últimos en irse a cualquier comilona – cada reunión de comerciantes a fama de terminar con un ágape a la salud de la buena ventura.
-Desiderio que gusto saludarte, anda dinos ¿Cómo te fue con el gobernador? – mientras le da un codazo a su hermano José Luis con una sonrisa pícara.
-Ya sabes cómo es ese cabrón ¡Se cree el propio Porfirio Díaz! – soltando sonoras carcajadas.
Se aproxima en llegar Elizondo Arnau y Gardel propietario de un comercio de mayor tamaño “La Ciudad de México” una interesante tienda de artículos que se necesitan traer de la capital, siendo los juguetes, perfumes y ropa lo más expuesto. Un joven de cabellos rojos y ojos azules – a quien le apodan “Raspón” – siempre serio y haciendo cuentas de lo que hoy su tienda vendió y hacer todo lo posible para que se venda más, al siguiente día.
-Señores que gusto saludarles- mientras se dan un abrazo e intercambian tabacos, mismos que encienden en la víspera de la llegada de todos los invitados.
-¿A quién más esperamos Desiderio? – saltó a la vista.
-Convoqué a todos quienes vendieran un producto en la ciudad y caminos cercanos, veremos quienes llegan- al paso de los minutos se fueron acercando más comerciantes de la ciudad, unos de finos casimires – los más- otros en labores de faena porque apenas han cerrado sus comercios.
Dejan los jardines que para esa hora están llenos de gráciles parejas y se dirigen al salón de la fábrica de tabaco “La Real” quienes tienen preparados ya alimentos, copas con sidra que previamente Don Desiderio había hecho llegar, mismas que se acompañan con finos tabacos – eso sí a medio real por pieza-. Un centenar y más de personas comienzan con el acomodo como cada semana, en la parte del fórum Don Desiderio para ser escuchado – de pie-, en el quorum los invitados. Las sesiones tienen un orden del día con asuntos varios – impresos con Don Federico Hurtado de la imprenta “San José” quien a cambio de que su servicio se promocione hace los programas para cada reunión- aquella ocasión era especial, Don Desiderio debe dar a conocer la conformación de una Cámara de Comercio en Querétaro en el tiempo menor que fuera posible – la verdad es que no se conoce esta manera de trabajar en todo el país- que por los tintes de ser idea del presidente Don Porfirio Díaz a través del manejo del despacho del propio gobernador González de Cosío se esperan algunos desacuerdos por lo novedoso en cuestión.
Don Desiderio después de saludar a todos los presentes -mano en mano- sube al fórum para hacerles la guía de la reunión.
-¡Señores su atención por favor!… por favor señores- ya un poco molesto- estimados todos buenas noches, sé que ha sido un día largo para nosotros que abrimos los comercios muy por la mañana para atender a los pasajeros del tren, recibir nuestra paquetería y dar la bienvenida a los visitantes a esta ciudad, pero el día de hoy les pido su atención por favor para un caso especial, fuera del programa al que estamos acostumbrados. La mayoría abrió el impreso que se les dio al entrar al salón por Carmelita la asistente de Don Desiderio, fino papel aperlado, tintas con tipografía cursiva y una elegante imagen de dos billetes donde se logra leer:
“Primera reunión de comerciantes para la erección de la Cámara de Comercio de Querétaro, debate y proclama para su gestión, preside Don Desiderio Reséndiz, propietario”
¡Explícanos mejor Desiderio! – le fue exigido. Don Desiderio no se guarda los nervios, su camisa de algodón no le ayuda a disimular el mal trago de lograr explicar sin defecto alguno la propuesta del presidente Díaz – siendo él férreo opositor del sistema- así que se toma de su copa de sidra un largo sorbo de manera lenta, de aquellos que no desea uno se termine para enfrentar la situación -observa a través del cristal entre la espuma y el brillante amarillo a todos los presentes, como en un sueño- al bajar la copa se limpia con su mano el escurrir de sus canos bigotes y se da valor ajustándose los tirantes.
-Estimados todos, agradezco el gesto de venir a sesionar, esperando que seamos más una comunidad que nos permita caminar hacia nuevos retos juntos y que este sea el espíritu desde el comienzo, deseo de corazón hacerles ver la real necesidad de que seamos una institución que sea escuchada – divagaba por los nervios- por todos los actores de la vida comercial de nuestro Querétaro. -¡Déjate de demagogias y al grano Desiderio! -le gritan desde el fondo del salón. Se acomodó su camisa, se tocó un ojo que sentía le tiembla-La verdad es que los reuní e invité a cenar para que podamos conformar una cámara de comercio en la cual todos tendremos voz, haremos juntos peticiones al gobernador con temas cercanos y pertinentes, estaremos como representantes ante el propio gobierno del presidente Porfirio Díaz y tendremos oportunidad de ser escuchados por diferentes cuerpos diplomáticos de varios países para atraer inversiones a nuestro estado. Buscaremos que los tiempos del tren de Veracruz a Querétaro se aminoren sin tantos trámites de aduana para que lleguen nuestros productos, buscaremos la exención de algunos impuestos por elevar el consumo de productos en la ciudad, en conjunto con los agricultores nos pide el gobernador Francisco González de Cosío que parte de los cultivos destinados a la caña se siembre también frijol, garbanza, hortalizas…
-¿Qué estas diciendo pendejo? Estás imbécil – increpó Nacho Esparza quien representa a todos los productores de ron y aguardiente en la ciudad ellos ocupan más del sesenta y ocho por ciento de la producción agrícola del estado -mira pinche Desiderio desde que te has “autonombrado” representante del comercio en Querétaro y tu tienda “La Concordia” ha crecido con los favores del gobernador no hay quien te pare en seco ¿Quieres que cambiemos nuestros cultivos de caña por frijoles? Pero que pendejada, somos más de treinta destilerías por toda la ciudad, a ver ¿Por qué no cierras las pinches textilerías del hijo de Don Cayetano Rubio? Que han matado más personas que el sitio cuando Maximiliano, si no me crees ¡Pregúntales a los doctores del hospital de Santa Rosa de Viterbo! ¡Toda la concurrencia entró en un gran barullo! Gritos y proclamas se escuchan, comienzan a distinguirse los grupos: por un lado, los cañeros, destiladores y productores del piloncillo quienes arremeten en improperios a la voz, por el otro lado los comerciantes de venta de productos, estibadores de la estación del tren, dulceros y muebleros que apoyan a Don Desiderio.
-Orden al caso ¡Orden por favor señores! – Don Desiderio arremete en voz tratando de ser escuchado, mientras que entre empujones se trata de acercar Nacho Esparza con dos de sus compañeros destileros-quienes llegan para “reventar la reunión” por órdenes propias del gobernador Francisco González de Cosío- Aquello ya era una rebatinga entre unos a favor de Don Desiderio y otros confundidos solo sueltan porrazos y empujones sin saber que patria defienden.
-¡Orden señores! Por favor debemos parar esto ¡Moción al orden! – en ello estaba tratando calmar a todos desde el fórum cuando de un empujón le aventaron hacia el suelo del salón ¡No supo ni quien! -¡Ahora sí cabrones esto no lo voy a permitir! – se abalanzó hacia Nacho Esparza quien lo recibió con un puño que lo sentó – mareado trató de levantarse- ¡Volvió Don Desiderio a hacer el intento pero recibió la misma dosis! Entre unos que siguen jalando de las solapas a cualquiera que se pase de frente y otros que tratan de calmar a Don Desiderio quien a empujones y manazos busca con su pañuelo evitar derramar más sangre que le escurre de la nariz.
¡Se escuchó un disparo ensordecedor! Todos se agazaparon.
-Buenas noches señores – era el señor notario Don Alejandro Esquivel quien a la voz guarda su pistola – mientras aún humea- en su elegante casimir gris Oxford, se alinea sus guantes para sacar algunas fojas que trae en su porta folios -Ustedes señores disculparan los modales pero en lo particular la turba troglodita me incomoda – con finos detalles de no mirar a nadie, solo a sus papeles continúa poniéndose a tono, saca su tintero y lo coloca en una mesa, así como busca sus catalejos para aproximarse y dar lectura a una invitación ¡Todos guardaron silencio!
-Leo a la línea de la invitación que se me fue enviada en fecha cercana, que daré fe de los hechos de la primera reunión de comerciantes, que es antecedente hacia la erección de una cámara de comercio y encuentro ¡Oh mi señor! A una horda de salvajes haciendo más bien la “cámara húngara” a la cual un servidor ¡Por supuesto que no daré tregua! Así que estoy a la espera de alguna indicación, les recuerdo “caballeros” que sepa la concurrencia que mis honorarios han sido pagados por la oficina del propio presidente Don Porfirio Díaz a quien tengo el gusto de su saludo y atenciones finas hacia mi persona ¿Algún civilizado que me de atención? O me veré en la penosa necesidad de hacer saber por fe de hechos de lo que mis ojos observaron antes de que me atreviera ¡Dios me perdone! A levantar el arma hacia el cielo y poner un alto severo a lo que de primera vista cercioré.
Don Desiderio – aún con su pañuelo en la boca y nariz- se acercó para dialogar con el señor notario.
-¿Es usted amable señor Don Desiderio? – pregunta el notario en forma cortés.
-Si señor, disculpe usted lo que observó, deseo sepa de su interés que en anteriores reuniones nos hemos comportado a la altura de las exigencias del orden y la compostura.
-Me hubiera gustado ser testigo de aquellos momentos de paz y quietud! -continúo el notario -sépase señor que mis labores son amplias y llenas de satisfacciones, que pocas veces me enfrento al arrebato de quienes que no controlan sus impulsos, pero entiendo que poner de acuerdo a tantos comerciantes no es cosa sencilla. Dígame por favor señor ¿A qué daré fe de hechos? – Don Desiderio volvió al fórum y alcanzó a ver que la mayoría de la concurrencia había abandonado el recinto de la Real Fábrica, los incitadores ya no están en el salón, le habían abandonado después del disparo y que los pocos ya se terminan cena y bebidas.
-Temo mucho señor notario que su visita no tendrá otra razón a dar fe de los acontecimientos que su amable persona paró y puso fin ¡Otros no habrá!
-Le juro por mi señora madre, que en gloria esté ¡No fueron mis modos los más correctos! Pero no me dejaron opción alguna.
-Lo agradezco señor notario ¡No se imagina cuanto! ¿Qué le parece que mañana por el medio día le visito en su oficina y quedamos de acuerdo para otra reunión? Prometo que será bajo los estatutos de otro clima, propio y educado.
-Me reservo satisfactoriamente las atenciones mi señor y extiendo mis servicios, le recuerdo que los honorarios ya están liquidados, que me pongo a su entera disposición – caminó unos metros para dirigirse a los que quedaban- ¡Que pasen ustedes la mejor de las noches señores! -una vez tomó sus tinteros y libros, se retiró educadamente, se colocó su bombín, guantes y partió lustroso con su bastón al brazo y un caminar rítmico. Se acercó Desiderio a los pocos comensales para tratar con el vino logra apaciguar la molestia y el enojo, tomó unos sorbos al cristalino espumoso de amarillos cítricos, comió un pan con queso escarchado en miel de piña, mientras al masticar le dolía parte de su rostro.
-¡Qué madrazos te dieron mi Desiderio! Ahora sí los destileros se sacaron la rifa del tigre de bengala.
-Cállate cabrón que si me sorprendieron, creo no fue prudente adelantar información del cambio de parcelas de la caña hacia los granos ¡En años de conocerlos no los había visto tan irritantes! seguro me los mandó el propio Francisco para reventar el evento.
-¿Le vas avisar al presidente Desiderio? – le preguntaba José Luis Domínguez de la zapatería “La Esclava de la Moda”
-A nadie le gustan los chismosos ¡Ya hice lo necesario! Lo que siga tendrá que ser de mutuo proprio, te aseguro que esta afrenta no se queda así ¡La Cámara de Comercio se hace sí o sí! En ello empeño mi palabra ¡Y mi fama!
Continuará…