Hoy hablaré de uno de los temas que más duele y afectan a nuestro país; la seguridad hídrica, que se define como la disponibilidad confiable de una cantidad y calidad aceptables de agua para la salud, los medios de vida y la producción, junto con un nivel aceptable de riesgos relacionados con el agua. México enfrenta una preocupante realidad en términos de disponibilidad y calidad del agua, lo cual requiere medidas urgentes para proteger nuestra calidad de vida y el desarrollo sostenible de nuestra ciudad.
La escasez de agua es un problema que se ha intensificado en los últimos años, el cual desde hace muchos años escaló a ser un asunto seguridad nacional, mismo que desgraciadamente no se ha visto cómo tal. La creciente demanda, el cambio climático y la sobreexplotación de los recursos hídricos han dejado a muchas regiones de México en una situación precaria, que ha puesto en evidencia la urgencia de cambiar y gestionar de manera diferente el uso y conservación del agua. Hoy me atrevo a decir que ningún estado de la República puede hacer caso omiso ante las inminentes alertas que nos marcan los estados que por sus condiciones geográficas, o densidad demográfica están sufriendo, hoy todos deben tomar cartas en el asunto y anticiparse ante lo que puede pasar.
¿Que podemos hacer? En primer lugar, es esencial fomentar una cultura de uso responsable del agua en nuestra comunidad. Todos debemos ser conscientes de la importancia de este recurso y tomar medidas para conservarlo. Pequeños cambios en nuestros hábitos diarios, como cerrar la llave mientras nos cepillamos los dientes o reparar fugas en nuestros hogares, pueden marcar una gran diferencia. La educación y la concientización son clave para lograr este objetivo.
Además, es fundamental implementar políticas de gestión hídrica efectivas. Las autoridades locales deben promover la eficiencia en el uso del agua y fomentar la adopción de tecnologías más sostenibles.
Hoy afortunadamente Querétaro esta tomando acciones y cuenta con el apoyo de diversos sectores como el académico, grupos ambientalistas, activistas y diferentes organizaciones como el del consejo Consultivo del Agua del Estado de Querétaro y la Comisión de Cuenca del Río Querétaro. Estos dos últimos, son entes multidisciplinarios y multisectorales, con voluntad de trabajo que ya están haciendo equipo, y que brindan una plataforma idónea para apoyar a las autoridades en el diseño de estrategias para el cumplimiento de este gran reto
Asi mismo tenemos una destacada comunidad académica y científica que puede contribuir significativamente al desarrollo de soluciones tecnológicas y estrategias de gestión hídrica avanzadas. Es fundamental apoyar y promover la investigación en este campo para encontrar respuestas efectivas a los desafíos presentes y futuros.
La inversión en infraestructuras hídricas modernas, como sistemas de captación de agua de lluvia y tratamiento de aguas residuales, rehabilitación de las zonas de captación de la cuenca, diseño urbano sensible al agua, utilización de tecnología de última generación para monitoreo y reparación de fugas, y tecnologías para el reúso de agua, puede ayudar a garantizar un suministro adecuado y seguro para la ciudad.
En Querétaro, debemos explorar alternativas para la diversificación de fuentes de abastecimiento, como la reutilización de aguas residuales tratadas y la captación de agua de lluvia y la recuperación de manantiales, bordos y agua subterránea. Estas medidas pueden reducir la dependencia de fuentes tradicionales y garantizar una mayor seguridad en el suministro.
Asimismo, es necesario fortalecer la gobernanza del agua; propiciando una mayor coordinación y colaboración entre los diferentes actores involucrados, como los gobiernos municipales, estatales y federales, así como la participación activa de la sociedad civil y el sector privado. Solo a través de una gestión integral y participativa podemos enfrentar eficazmente los desafíos que tenemos por delante.
En este sentido, espero haber comunicado lo apremiante que es la seguridad hídrica, misma que debe ser abordada de manera integral si queremos garantizar un futuro.
La educación, la concientización, la gestión eficiente, la diversificación de fuentes de abastecimiento, la planeación conjunta y compartida, pero sobre todo el trabajo en equipo y la voluntad son los pilares fundamentales para lograrlo.