Uno de los más añejos y altos de la calle de Sierra Gorda, frente a los Arcos, fue secado por los dueños de la casa en el número 14 porque les estorbaba para su cochera. Primero le quitaron un rodete de corteza, después le cortaron las raíces y finalmente lo encementaron. Así consiguieron el permiso municipal para tirarlo. Que el desarrollo, dicen. Luego nos quejamos del cambio climático.