15 de enero de 1903, casa del gobernador de Querétaro.
Bajo el rojo férreo del tezontle que cubre la fachada de la casona del gobernador de Querétaro piezas traídas del propio palacio de Moctezuma que ofrece visiones espectrales del antiguo emperador hechicero diseño del arquitecto neoclásico Manuel Tolsá da cobijo a la familia de gobernador de Querétaro Don Francisco González de Cosío preferido del presidente Porfirio Díaz y encargado del despacho de las primeras funciones de la que será una Cámara de Comercio en Querétaro.
Este edificio data del mismo 1798 quien lo mandó levantar fue el comerciante Don Antonio Septién y Castillo nacido en San Vicente de la Barquera, Santander España, que a bien diseñó junto con Tolsá un palacio para lograr dar a su familia y a todo un ejército de sirvientes esplendor de sus mejores años que a bien de crítica de Don Desiderio Ramírez son demasiados cuartos y eso que hace un siglo apenas fuimos virreinato comenta con la joven que le atiende.
Ya la mañana brilló con intensidad en coloridos frescores del arrebol queretano, el despacho donde atiende el gobernador es brillante desde los pisos de madera pulida con paredes de un azul brocado intenso, se observa a los sirvientes ir y venir por los patios para lograr tener todo listo, la cena es el destino final de las actividades y Desiderio Ramírez desde su lugar de espera goza de tan espectacular vaivén.
En un instante el señor gobernador le atenderá Don Desiderio le sorprendió la frase de la joven asistente.
Llevo todo el día esperando señorita, si me hubiera dicho que no está regreso más tarde u otro día, pero me tiene aquí sin hacer nada ¡Sepa señorita que esas concesiones solo las tengo con mis clientes! molesto refunfuñó.
Una disculpa señor, en un instante más le hago pasar.
Por la parte de adentro la oficina del gobernador luce de relucientes vitrales que asoman al templo de San Felipe Neri famoso por ser casa del cura Don Miguel Hidalgo y Costilla acompañados de finos tapices checoslovacos, tintineantes asoman por el sol que interfiere en destellos multicolores. El gobernador no tiene empacho alguno en atender a Don Desiderio, un introductor de productos a la ciudad que goza del saludo y amistades de infinidad de comerciantes a los que dirige en semanales reuniones y amenas charlas.
La plática surge con su secretario particular:
No debería ser tan severo con Don Desiderio señor gobernador, la instrucción del señor presidente fue de apoyarle en todo lo posible.
¡Sí que quieres! Me cae mal, sus reuniones con los comerciantes me hacen un poco de mella y según sé es ya preferido en el proyecto de una hidroeléctrica para Querétaro, además es muy amigo de mi hermano José Dolores y la verdad no nos caemos bien que se diga.
¿No cumplirá la atención del presidente?
Por supuesto que sí lo haré, solo que deseo hacerle un poco pesado el trabajo.
Eso es un riesgo señor gobernador.
¡Pues valdrá la pena correrlo con este cabrón!
Se escucha a la puerta el llamado.
¿Si?
Soy Lucilda señor gobernador abrió la puerta en confianza y agregó: el señor Desiderio lleva ya varias horas y desea saber si sus ocupaciones le harán atenderle, de lo contrario dice vendrá otro día.
Una mirada con su particular, aquellas de complicidad.
¡Hazlo pasar al gabinete!
El gabinete es el ante sala al gran salón de recepciones, en lo particular el gobernador lo utiliza para llevar a cabo reuniones rápidas donde el tiempo apremia, en ocasiones son solo repentinos encuentros con sus consortes de las cuales goza de fortuna así que el lugar no es el más perceptible y acogedor.
¡Pero amigo Desiderio que buen gusto el lograr darte un abrazo!
Qué pocos modales pinche Francisco me haces esperar todo el día para una simple reunión, me hubieras avisado y voy directo con el secretario de Limantour, siquiera él me tiene un café y viandas para la espera.¡Vamos amigo los asuntos no pueden esperar! No es menester de disculpa nervioso el gobernador reculó.
Pues voy al grano, mira llevó ya varios días conjuntando a los comerciantes para esto de la cámara que desea el presidente Don Porfirio Díaz y varios no le entienden bien, que en lo particular también algo me cuesta, pero quiero que me expliques.
No te miraba tan “distraído” amigo desde hace mucho tiempo.
Ese “distraído” suena a pendejo gobernador irritado contestó.
No es intensión amigo ¡No lo es! Mira te explico: reúnes a los comerciantes, te mando yo al notario Esquivel, todos hacen la gestión de registro, damos papeleo y folio, asentamos en el libro del notario y ¡Listo! Tenemos Cámara de Comercio de Querétaro.
Eso es muy sencillo de decirlo, pero hacerlo no lo creo ¿Cuánto será de aportación al capital de conformación? Los comerciantes me preguntan de los beneficios ¿A qué estamos obligados? Tendremos que dar un informe y las bitácoras de reunión quien las lleva ¿Cuánto cuesta estar en la cámara? Los asuntos laborales ¿Están también incluidos? Y en qué lugar sesionaremos.
Datos que el propio gobernador desconocía.
Vamos hacer una cosa mi buen Desiderio, ve aquí con el licenciado Alfonso Rayas y dile de mi parte que te asesore en todos los menesteres.
El hijo de Don Cayetano Rubio quiere estar en la cámara.
¡A ese cabrón ni se te ocurra meterlo! El presidente Don Porfirio Díaz trae entre sus planes cancelarle todas sus textilerías por la explotación a sus trabajadores, quiere derruir la Purísima y Casa Blanca.
Desde un inicio junto con tu hermano José Dolores no le tomamos en cuenta, sospechamos esa atención.
Tampoco quiero a los destileros y productores de ron en la cámara.
¡No Francisco aquí si no te voy hacer caso! Son los que mueven la ciudad, las casonas del cuadro pegado a la plaza de los escombros y por las de la Santa Cruz se santiguan son las que mejor aportación dan al ayuntamiento, tienen más de mil seiscientos trabajadores ¡Son la fuerza que necesitamos!
Son ruinosos y la desigualdad se les nota a calles.
¡Pero Francisco! ¿De qué demonios hablas? Si hay desigualdad es por tu culpa cabrón y de hacer todo lo que Don Porfirio Díaz quiere ¡No eres más que su arreglo y acomodo de botas!
¡Esos insultos no te los voy a permitir! cerró molesto el cajón de donde estaba por sacar unos papeles.
¡Pues te puedes ir tú y tu secretario a la chingada!
No digas algo de lo que te puedas arrepentir Desiderio.
¡Chinga tu madre! salió Don Desiderio echando pestes y destellos.
Al salir la asistente Lucilda le daba alcance, tratando de comprender los gritos y manotazos.
Señor Desiderio ¡Señor! Por favor dígame en qué quedó con el señor gobernador para colocarlo en la bitácora. mientras trataba de correr detrás de él.
Se regresó Don Desiderio con la amabilidad que le acostumbra por respeto al trabajo de la señorita paró su caminar veloz.
Pon en tu bitácora así: El señor gobernador fue mandado a la chingada por Don Desiderio y el secretario de hacienda Limantour se va a enterar que está limitando la conformación del mandato del presidente Don Porfirio Díaz de hacer la Cámara de Comercio de Querétaro ¡Ponle así! se puso su sombrero y se despidió ¡Con tu permiso Lucilda!
La joven se quedó pasmada.
Terrenos adyacentes al lago de Chapultepec, ciudad de México, 20 de enero de 1903.
El terreno boscoso junto al borbotón del Lago de Chapultepec es el lugar ideal para que a partir de ese momento los arquitectos comiencen a levantar lo que será el Club del Automóvil, una idea del presidente Porfirio Díaz para emular aquellos clubes europeos donde la crema y nata de la política, comercio y empresarios puedan hacer negocios y ¿Por qué no? Resolver las diferencias. El encargado de dicho proyecto es José Yves Limantour Marquet director de las obras que se rigen por la secretaria de Junta de Saneamiento y Agua Potable de la Ciudad de México.
Están en el lugar Manuel González de Cosío, el propio Limantour y el grupo de arquitectos encargados de dicha obra quienes realizan el levantamiento del terreno para el proyecto general y presentarlo para la validación.
En ese mismo lugar llega el carro del gobernador de Querétaro un Delaunay Belleville de seis válvulas que rugía a una velocidad de 20 kilómetros por hora que alcanzaba a despeinar a cualquiera quien había sido invitado por el propio Limantour con carta de puño y letra a este levantamiento de terreno.
Una vez los lacayos recibieron el auto se bajó y se acomoda sus gafas para el aire, se acerca y después de los saludos limpiándose las manos de aceite se acomoda para recibir en la casa de campaña de viandas, que para la ocasión se colocó un fino vino espumoso blanco.
A salud hermano ¡Señor Limantour! Que gusto saber de ustedes.
A la salud Francisco comentó su hermano.
La obra era sencilla, a labor de construir una casona a las faldas del cerro y pegada al lago se trata de lucir un espejo visual que a lo lejos le de esa gallardía a un club de esa naturaleza, se pensaba estos son lugares de armonía y buena voluntad para los negocios, además de hacer notar la jerarquía por mostrar los automóviles que vuelven locos a la clase privilegiada del porfirismo.
Limantour continuó atendiendo a los arquitectos y maestros de obra, cada detalle contaba para satisfacer el presidente Díaz. Se acercó Manuel para platicar con su hermano quien ya degusta jamones encerados con picaña y filetes de res montados en pan de ajo con baño de aceite de oliva, tomó un canapé y sorbió un fresco trago del vino de tonos cítricos y frutas amarillas.
¿Cómo observas esta obra Francisco? Crees es un destello de prosperidad de nuestros tiempos o alcanzas a tener algún juicio de valor ¿Qué opinas?
No es mala idea hermano, solo que aquí en el lago con probabilidades de inundaciones y mosquitos… ¡No me pareciera una buena idea!
Su hermano le miró mientras sorbía otro trago, calculando enfocarle.
¿Aún te preguntas hermano por qué en tantos años no pasas de gobernador?
¿Perdón? casi se atraganta del bocado.
Sí Francisco, todo lo miras con la cultura de la negatividad y desastre ¡Solo observas los defectos! No das solución ni tienes la mirada en el futuro próspero y entusiasta.
Se más claro por favor.
Mira cabrón le tomó del brazo y lo alejó de los lacayos que sirven las copas y viandas fue tu contrincante en amores pasados Don Desiderio a ver al mismo presidente Porfirio Díaz en persona Francisco sudó grueso le contó la serie de pendejadas que le dijiste, de las veces que lo dejaste plantado, que no lo atiendes, que no das facilidades para la erección de la Cámara de Comercio que te pidió ¡De propia voz!
La cara del gobernador Francisco González de Cosío cambió de semblante, las palpitaciones no se hicieron esperar ¡Se sentó de golpe! Su hermano el secretario de gobernación continuó:
No eres nuevo Francisco en estos menesteres, Don Desiderio es ya un consentido del señor presidente, el proyecto de la hidroeléctrica va bien y se pondrá mejor, así que más vale que te alinees al proyecto o te van a mover de tu cargo, te lo digo de cortesía porque no habrá forma de que te ayude una vez se tome una decisión, así que muestra la evidencia sustentable de que ya estás apoyando el proyecto en el menor tiempo posible.
Limantour llegó con los arquitectos e ingresaron a la casa de campaña, tomaron las copas servidas del tono cristalino ocre, las levantaron para el augurio de lo que será el Club del Automóvil y todos contentos. Una vez degustaron se acercó Limantour a Manuel y Francisco, tomó una pequeña libreta y con su mirada coincidió con el secretario de gobernación Manuel, quien le regresó el saludo con la ceja, a la misma vez apuntando su mirada a Francisco.
Creo ya está todo claro señor gobernador Francisco ¿Tiene usted una pregunta?
Solo para corroborar señor Limantour, disculpando mi atrevimiento, considera usted que para el señor presidente Don Porfirio Díaz que la Cámara de Comercio en Querétaro le resulte ¿Un proyecto de prioridad?
Limantour tomó su cigarro encendido, extrajo una fuerte bocanada aromas de maderas y amargos canela se saborearon expulsó el humo en fulgurantes donas que vuelan hasta desvanecerse, puso su mano en el hombro de Francisco González.
¿Ve usted señor gobernador este gran lago? En toda su extensión no hay lugar más hermoso.
Sí señor, le observo.
Seguramente me dirá que habrá algunos problemas con este proyecto del Club del Automóvil, tal vez el tema de mosquitos, que cuando suba de nivel afectará el proyecto de construcción, pero le aseguro amigo Francisco que no será así ¡Todo lo tenemos perfectamente medido! Escrupulosamente señor gobernador si me permite decirlo, como todo lo que hace el señor presidente Don Porfirio Díaz, por ello no se le está invitando a ver si está en su juicio personal o emocional el erigir una cámara de comercio ¡Se hace! ¿Comprende? O se encuentra quien lo haga. Tal vez hace un momento no fui claro amigo Francisco… ¿Tiene usted una pregunta?
¡No señor! por fin lo comprendió Se hará bajo la instrucción y como se ordenó por parte del presidente Don Porfirio Díaz, se cumplirá en tiempo y en forma.
No queremos distracciones ni que alguien se atreva a entorpecer el proyecto o que por motivos personales no se cumpla lo pactado. ¿Queda claro?
¡Sí señor secretario!
¿Observa amigo Manuel? Con voluntad y apremio todos coincidimos en lo ordenado por el presidente le decía al secretario de gobernación de Don Porfirio Díaz, mientras unas palmadas fuertes caen sobre la espalda de su hermano el gobernador de Querétaro.
Continuará…