En este 10 de mayo, cuando tradicionalmente en México celebramos el “Día de las Madres”, es conveniente hacer una reflexión crítica sobre las condiciones laborales de las madres trabajadoras. De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en 2022 México contaba con 56 millones de mujeres mayores de 12 años, de las cuales 38 millones eran madres; el IMCO contabiliza que siete de cada diez mujeres que se encuentran insertas en el mercado laboral son madres y son ellas las que enfrentan las peores condiciones laborales. En el caso de las madres solteras, siete de cada diez eran económicamente activas y de acuerdo con la encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH, 2020), en los hogares donde residía una madre soltera, el 65% del ingreso procedía de la actividad laboral que desempeñaba.
Si hacemos la comparativa con los hombres, las mujeres son las que enfrentan las tasas de empleo informal más altas (54%) y todavía se incrementan más si son madres (58%). Las madres trabajadoras con empleos informales tienen un ingreso promedio de $3,202 pesos, mientras que las que cuentan con empleo formal ingresan $6,267 pesos mensuales. Además, el ingreso de las madres trabajadoras disminuye conforme aumenta el número de hijxs, el IMCO establece que una madre con cinco o más hijos tiene un ingreso mensual de $3,793, lo cual es casi la mitad del ingreso mensual de una mujer sin hijos ($7,508). Las madres trabajadoras se ubican principalmente en el comercio con 26% y en la manufactura con 16%. Dado el rol tradicional otorgado a las mujeres en la crianza de los hijos, ellas prefieren puestos de trabajo de mayor flexibilidad para poder encontrar un equilibrio entre su trabajo y su rol como cuidadoras, “tres de cada diez madres son trabajadoras por cuenta propia, en comparación con una de cada diez sin hijos”, además en los hogares donde se cuenta con hijxs menores de seis años, las mujeres aportan 3.4 veces más valor económico por las tareas no remuneradas (hogar) en comparación con los hombres; más datos, una mujer dedica en promedio más de 40 horas a la semana en tareas del hogar y de cuidados, frente a 15.9 horas de los hombres (IMCO, 2023).
En resumen, hay poco que celebrar en torno a las madres trabajadoras, tenemos una deuda histórica con ellas porque las brechas de género siguen presentes y no exageramos cuando decimos que las madres trabajadoras son el sector poblacional más precario de nuestro mercado laboral. Como mucho de lo negativo que pasa en nuestro país, no hay políticas laborales activas que puedan transformar las condiciones precarias de las madres trabajadoras mexicanas.
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