- 1989: asume el octavo obispo en el Estadio
- 2009: Prigione en el Teatro de la República
- Juego abierto, el estilo personal de Mauricio
- Voy con todo por la candidatura, dice Felifer
Confesionario.
Hace 34 años se puso a tiempo el reloj de la historia de México con la misa de toma de posesión del octavo obispo de Querétaro, Mario de Gasperín Gasperín en el Estadio Corregidora. Así lo declaró a este columnista, mucho tiempo después, el entonces gobernador Mariano Palacios Alcocer, personaje central en la relación con la Iglesia al encabezar la reforma al artículo 130 constitucional y más tarde, como embajador de México ante el Vaticano, gestionar y traer al Papa Francisco.
Todo comenzó en un día como hoy, el 5 de mayo de 1989, con la llegada del sucesor del ya muy enfermo titular de nuestra Diócesis, Alfonso Toriz Cobián, internado en el Sanatorio del Sagrado Corazón, hasta donde De Gasperín acudió a recibir su bendición, antes de ser ungido en el coso mundialista del Cimatario. Este hecho sin precedentes -ocurrido en la Cuna de la Constitución y en el aniversario de la Batalla de Puebla- es considerado como la piedra de toque para reconocer la personalidad de las instituciones denominadas iglesias y formalizar la relación, hasta entonces velada, entre la católica y el gobierno mexicano.
No fue sencillo, sino todo lo contrario, porque la misa del estado, con una legislación que prohibía los actos de culto fuera de los templos, provocó un escándalo nacional y una demanda de juicio político en contra del mandatario estatal presentada en ¡San Lázaro! por el ya desparecido Partido Popular Socialista.
A propósito de ese acontecimiento el también ex presidente nacional del PRI recordó en entrevista exclusiva con PLAZA DE ARMAS que como consecuencia de la designación del obispo Mario de Gasperín “el Ayuntamiento de Querétaro (presidido por Braulio Guerra Malo, qepd) autorizó que por una sola ocasión el Estadio Corregidora fuera habilitado como centro de culto, para la ceremonia litúrgica de la entronización”.
Ustedes saben, dijo, que “la ley y Constitución vigente en esos años tenía criterios bastante estrictos para la manifestación pública de los actos de expresión del credo religioso y para la celebración de actividades litúrgicas”.
Posteriormente, en 1992, hubo reformas importantes -en las que Mariano Palacios participó también- a los artículos Tercero, Cuarto, Quinto, 27 y 130 y la expedición de la respectiva ley reglamentaria hasta hoy vigente, así como al artículo 24 que amplía el contenido de la libertad religiosa de consonancia con el artículo 18 de la declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, donde no solo se entiende la libertad de credo sino la libertad de expresión de las creencias, en público, en privado, de manera individual o colectiva.
Al preguntarle al ex embajador ante la Santa Sede si esta reforma arrojó buenos resultados para las relaciones de México y cuál sería su saldo, respondió: Yo creo que es muy importante que el mundo jurídico se corresponda con los mejores valores del mundo de la realidad; en la medida en que existan leyes nugatorias del ejercicio de los derechos o de las potestades de conciencia y de libertad religiosa me parece que estamos en un mundo de ficción y de tensiones permanentes”.
Agregó que la reforma de 1992 como la posterior “nos permiten ubicarnos en un plano de normalidad en las relaciones de la Iglesia y del Estado y en un ámbito más amplio del ejercicio de los derechos fundamentales, la reforma más importante a la Constitución en mi opinión en los últimos años ha sido la del artículo Primero, que ensancha el contenido de los derechos fundamentales y en eso se inserta la nueva conceptualización constitucional de la libertad religiosa del artículo 24”.
Finalmente admitió Mariano Palacios que la misa de hace 34 años “fue un detonante, pero el presidente Carlos Salinas de Gortari desde el discurso de toma de posesión, el primero de diciembre de 1988, propuso la revisión de las relaciones del Estado con las Iglesias, en plural. Las denominadas Asociaciones Religiosas, AR, registradas ante SEGOB son hoy muy numerosas. Salinas pagaba la presencia legitimadora del Episcopado Mexicano y del Nuncio Girolamo Priggione en su toma de posesión, a la vez que ponía a tiempo el reloj de la historia”.
De allá para acá mucho han cambiado Querétaro, México y el mundo.
En el tema de la iglesia hemos tenido dos obispos más: Faustino Armendáriz Jiménez, hoy arzobispo de Durango y el actual Fidencio López Plaza. Mario de Gasperín, obispo emérito, dejó el cargo al cumplir la edad de retiro, aunque luego fue administrador diocesano en lo que el pontífice romano designaba sustituto y hoy suele vérsele caminando por el Centro Histórico, vistiendo guayabera veracruzana.
En lo internacional, la Santa Sede ha tenido, después de Juan Pablo, dos papas: Benedicto XVI y Francisco.
Y en México llevamos tres alternancias gubernamentales con la llegada del panista Vicente Fox a la presidencia de la República en 2000, el regreso del PRI con Enrique Peña Nieto en 2012 y el arribo del morenista Andrés Manuel López Obrador en 2018.
Por cierto, el primer presidente no católico de México.
Pero esa es otra historia.
-EL HISTORIETARIO-
2009.
(Veinte años después de la misa del Estadio).
Como Pedro El Pescador, Tarcisio Bertone -el número dos de la Iglesia Católica- invocó a Jesús para rematar su conferencia en la histórica sede del Constituyente de 1916-17: Señor, en tu nombre echaré las redes. Había hablado ante representantes de la Iglesia, sociedad queretana y comunidad universitaria sobre “La realización de la razón en el horizonte de la fe”. Con su proverbial humor salesiano el secretario de Estado del Vaticano, hizo suyo durante dos horas “el lugar sagrado del laicismo”, en donde dijo estar muy contento y ser “una presencia constructiva”, provocando murmullos en los más de 500 invitados especiales, entre obispos, arzobispos, miembros de universidades y asociaciones religiosas, ante quienes propuso acabar con tópicos estériles y dar a luz una nueva cultura cristiana.
Lo escucharon también, serios y contritos, los representantes del poder terrenal: Alfredo Botello Montes, secretario de Gobierno y el alcalde capitalino Manuel González Valle, sentado en la sexta fila, entre su esposa Ana Laura y la secretaria de Educación, Guadalupe Murguía Gutiérrez, a sólo unos metros del ex presidente Armando Rivera Castillejos y de Alejandra de Rivera.
Poco después de las once de la mañana se abrieron las puertas del Teatro de la República, que se llenó hasta las galerías de seglares trajeados, señoras vestidas discretamente, monjas privilegiadas y dignatarios de púrpura y negro. Los que cupieron, porque a las 11:40 ya daba don Mario de Gasperín la bienvenida al ilustre visitante desde la misma tribuna usada por los constituyentes de Querétaro.
En ese marco histórico, frente al muro con los nombres en oro de los 116 mexicanos que hicieron las leyes de México, se montó el presídium encabezado por el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone junto con el nuncio apostólico Christophe Pierre y el presidente del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar Retes, flanqueados por dos guardias suizos y elementos del Estado Mayor Presidencial.
Estaban también el arzobispo emérito de San Luis Potosí, Arturo Simansky y los obispos de Morelia y Monterrey, entre otros. Ellos y todos oyeron al representante del Papa Benedicto XVI cuando recordó que los fundadores de esta ciudad fueron los franciscanos, cuando alabó el barroco y más todavía cuando se rindió ante el símbolo de nuestra identidad: el rostro mestizo de la Virgen de Guadalupe
Igualmente lo escucharon quejarse del gran divorcio entre la cultura de las élites y la cultura del pueblo o de la persecución religiosa en México, de la estrategia de aislamiento de liberales y revolucionarios o de la que llamó sangrienta represión contra la Iglesia. Tan concentrado estaba en la lectura impecable de su texto en español que ignoró el vaso de agua ofrecido por su secretario a los 40 minutos de haber iniciado la conferencia.
A partir de ahí el ex Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe construyó su propuesta bajo signos, dijo, esperanzadores. Se trata de evangelizar la cultura, es urgente, un desafío apasionante, frente a nuevas formas de colonialismo. Dar, remarcó, luz a una nueva cultura cristiana y acabar con tópicos estériles. En ese cambio sólo el Evangelio puede engendrar el hombre nuevo, propuso. Y fue entonces, cuando Tarcisio Bertone parafraseó a Pedro para, como él, echar las redes en nombre del Señor.
Habían pasado 50 minutos, en los que mantuvo la atención total de un público rendido sin condiciones ante el dignatario más alto que haya venido de Roma en toda nuestra historia. Todavía hubo tiempo para cinco preguntas, seleccionadas advirtió el periodista de la fe, Jaime Septién, hoy maestro de ceremonias, dando oportunidad a miembros de universidades afines.
El secretario de Estado del Vaticano hizo para ellos y para los ahí congregados, más precisiones: la Iglesia no es una institución en crisis y no quiere hacer moralismo, porque el peligro está en ser una religión sólo de culto y no de vida, que testifique el valor del Evangelio. Negó además que la Iglesia obstaculice la investigación científica, como la de las células, pero pidió tener cuidado de los charlatanes. “Yo espero una primavera de los laicos católicos”. En ese tono, reconoció el diálogo con los gobiernos y puso como ejemplo el acuerdo que firmó a fin de año con Lula, en Brasil.
Al Vaticano le preocupan, alertó, el crimen y la violencia, diques contra la construcción del bien común. Así, llamó a la Iglesia y a las universidades cercanas a presentar a Cristo como amigo del hombre y de la humanidad, para explicar el sentido de las normas irremplazables de la convivencia. Y es que, en su nombre, vino Bertone a proponer una nueva cultura cristiana en el lugar sagrado del laicismo y, como Pedro El Pescador, a echar aquí las redes.
El número dos del Vaticano, el colaborador más cercano de Ratzinger desde 1984, dejó el Teatro de la República casi a las dos de la tarde. Afuera lo esperaba una camioneta Mercedes Benz con placas locales, a la que subió con el obispo Mario de Gasperín, otros prelados y el alcalde Manuel González Valle.
Al pie de la banqueta, dos monjas, vestidas de blanco, le pidieron a Bertone su bendición. El antiguo arzobispo de Vercelli y de Génova, ahora también cardenal camarlengo, se detuvo, levantó la mano derecha y con la señal de la Santa Cruz marcó los cuatro puntos cardinales de Querétaro.
(Crónica publicado por este columnista en Diario de Querétaro el 20 de enero de 2009).
-BLANCAS Y NEGRAS-
Estilo personal.
En camino a la primera elección con Mauricio Kuri González como gobernador y jefe político del PAN, se advierte una especie de juego abierto entre los grupos del albiazul para encontrar las opciones más competitivas frente a la poderosa alianza nacional Morena-Verde-PT que ha logrado penetrar en algunos municipios del estado a pesar de sus confrontaciones internas y la incorporación de saldos (francamente impresentables) de otros partidos, “purificados” en la 4-T.
¿Juego abierto? ¿Cómo interpretar que el diputado federal Felifer Macías vaya “con todo” por la candidatura a la presidencia municipal de Querétaro en competencia con la secretaria de Gobierno del Estado, Lupita Murguía Gutiérrez? ¿O que en Corregidora el alcalde Roberto Sosa promueva a Rafel Montoya contra el secretario particular del gobernador, Josué Guerrero Trápala “Chepe”? ¿Y qué decir de El Marqués, con Rodrigo Monsalvo Castelán, colaborador del edil Enrique Vega Carriles y el empresario Miguel Vega Cabrera?
A esto agréguele la iniciativa de Ley Electoral del Estado enviada por el IEEQ al Congreso local con la propuesta de garantizar la postulación de mujeres en la mitad de los municipios más poblados, lo que si busca la reelección Roberto Cabrera en San Juan del Río y el PAN lanza hombres en El Marqués y Corregidora, indicaría que la nominación de la llamada Dama de Hierro o de Platino está cantada, aunque nunca haya necesitado la consideración de género.
Y es de mi agrado compartirles, como dice Mario Carranza, dos datos más, de fuentes regularmente bien informadas. 1) A los diputados de la mayoría coordinados por el panista Memo Vega Guerrero no acaba de gustarles la iniciativa del órgano electoral y podrían frenarla. 2) El gobernador Mauricio Kuri González no ha dado línea a los legisladores y quiere verlos votar (a los suyos y a los ajenos) en el tema de la paridad.
¡Fuera máscaras!
-LA FRASE DE LA SEMANA-
Decidido.
Voy con todo por la candidatura del PAN a la Presidencia Municipal de Querétaro: Felifer Macías, diputado federal, enc onferencia de prensa.
La política es así.
-JUGADA FINAL-
A prueba.
A quienes mostrarán lealtades políticas y convicciones en materia de equidad durante la votación de la iniciativa de reforma electoral del IEEQ, un paritario y revelador ¡JAQUE MATE!