El inefable Horacio Duarte, quien durante varios años del presente sexenio administró de una manera por demás patrimonialista el tesoro que representa ser Director de Aduanas en éstos tiempos, al iniciarse formalmente las campañas rumbo a la gubernatura del Estado de México, tiene estancada la figura política de la maestra Delfina Gómez, todo por su ambición sin límites a ser el poder tras el trono mexiquense, faena que hace desde antes de que se celebren las elecciones y MORENA eventualmente resulte ganador en el proceso que culminará el primer domingo de junio próximo, y así Duarte volvería a cumplir su sueño dorado que es manejar nuevamente unas repletas arcas de dinero como son las de la administración estatal mexiquense.
Horacio Duarte procede como si fuera ya una cosa juzgada la desaparición del Grupo Atlacomulco y y que en consecuencia MORENA ganará los comicios que se iniciaron el pasado domingo a las 0 horas con un segundo.
Por ello Horacio Duarte trata como un títere a la maestra Delfina Gómez, a la que quiere imponer en el palacio de gobierno de Toluca para ser él mismo la reedición del manejo que caracterizó a los fundadores del mencionado Grupo Atlacomulco.
Es muy pronto para dar por muerta a una dinastía política como la que sigue gobernando el Estado de México.
Seguramente el voraz Horacio Duarte da por ciertas las afirmaciones del académico Rogelio Hernández, profesor-investigador de El Colegio de México, publicó hace muchos años el libro Amistades, compromisos y lealtades: líderes y grupos políticos en el Estado de México, 1942-1993.
“Fue su tesis doctoral, una obra maestra de la ciencia política mexicana. Un análisis de la mítica elite política mexiquense desde el punto de vista histórico y sociológico. Entre otras cosas, Hernández describió cómo un grupo político se hizo del poder en la entidad federativa más importante del país y se cohesionó para evitar, primero, la fragmentación de su territorio geográfico. Segundo, buscaron prevenir la disolución de su cacicazgo por parte del centro (la Presidencia de la República). Se trataba de una clase política local en forma, orgullosa de su conocimiento del terreno y plenamente dominante de la vida pública regional. Un modelo muy particular de priismo exitoso dentro del variado mosaico del priismo nacional.”
Cita de una columna del periodista Raudel Ávila.
Hoy la candidata de la Alianza Va por México, Alejandra del Moral, sigue teniendo el apoyo de ese poderoso Grupo y por ello ha repuntado en las encuestas de una forma muy importante, mientras Horacio Duarte mantiene estancada en esos sondeos a la Maestra Delfina Gómez.
Faltan 57 días para que terminen las campañas en el Estado de México, y si prospera la estrategia del grupo que apoya a Alejandra del Moral de solicitar, en un momento estratégico, que la Auditoría Superior de la Federación revise la manera en que procedió Horacio Duarte al frente de la Dirección de Aduanas, las encuestas podrían dar un vuelco altamente significativo a favor de quien fuera en un tiempo la alcaldesa de Cuautitlán y además la más joven del Estado de México.
La disputa apenas comienza como para que Horacio Duarte se sienta ya el dueño del tesoro mexiquense.