La Selección Mexicana mostró que le falta mucha conjunción entre sus líneas luego de un sufrido empate ante Jamaica ante un Estadio Azteca que registró una entrada de 65 mil aficionados que soportaron la lluvia y la falta de futbol del equipo nacional.
La lluvia y la tormenta eléctrica estuvieron presentes en un duelo que reflejó una cara pobre de la Selección Mexicana, que presentó a “sus mejores jugadores”, al menos así lucían en el papel.
Cuando Jamaica atacaba, sobre todo en el primer tiempo, generó peligro en la portería de Guillermo Ochoa, y la suerte acompañó a Jamaica, mediante un gran disparo de Bobby Reid para el primer gol caribeño y luego un autogol de Edson Álvarez, lo que demostró que Jamaica no vino a encerrarse al estadio Azteca.
El primer tiempo se alargó debido a una suspensión de 15 minutos por la tormenta eléctrica que se presentó en la zona sur de la Ciudad de México, al regresar a la cancha el equipo mexicano pudo empatar el encuentro mediante el cobro de un penal, ejecutado por Hirving Lozano.
Para la segunda parte el equipo dirigido por Diego Cocca, quien fue recibido a su llegada con abucheos, buscó con más ganas que orden y buen futbol el triunfo, pero la mala ejecución de Lozano o el exceso de velocidad de Diego Lainez, quien ingresó en el segundo tiempo no permitieron generar esa jugada que marcara la diferencia.
La noche siguió su curso, los abucheos fueron una constante y el equipo sigue sufriendo y mostrando angustia al momento de jugar.
La afición respondió al llamado de la Selección Mexicana. Más de 60 mil boletos vendidos y una tribuna pletórica en el Estadio Azteca, pero la paciencia duró poco y la exigencia se hizo presente tras el reciente fracaso del Tri en Qatar 2022.
Las principales críticas a Guillermo Ochoa fueron en aumento tras recibir el primer gol, lo que derivó en los gritos para el ingreso de Carlos Acevedo.
La reconciliación del Tri con su afición tendrá que esperar para mejor ocasión y Diego Cocca tendrá que trabajar mucho para recuperar el futbol, el orden defensivo, que tanto caracteriza a sus equipos y una contundencia que quedó como pólvora mojada anoche en el Azteca.