Fui condiscípulo de Miguel Concha Malo en una escuela privada durante la educación básica. Aquél niño sobresalía por su estatura y su inteligencia. Supe años más tarde que había abrazado los hábitos de la Orden de los Predicadores, quiero decir, de los dominicos. Alguna vez acompañé a Hugo Gutiérrez Vega al Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Victoria OP. Para escuchar una disertación sobre los derechos humanos. Ahí nos presentó al legendario obispo Samuel Ruíz, un hombre de gesto adusto que no sabía sonreír.
Fray Miguel destacó como escritor, periodista y profesor universitario. Durante casi medio siglo, dedicó su vida a la defensa y promoción de los derechos humanos. Participó también en la Comisión para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres y el grupo Paz con Democracia…
Los reconocimientos recibidos son incontables en México y en el extranjero: Premio Nacional de Periodismo en 2003 y 2006. Y galardones como la Medalla Roque Dalton y la Ciencia en El Salvador en 2002, y muchos más.
Su obra escrita abarca media docena de títulos: “Los Derechos Políticos como Derechos Humanos” (1994), “Las violaciones o los derechos humanos en México” (1988), “La pena de muerte, un enfoque pluridisciplinario” (1993), y “Los Derechos Humanos y la Ciudad” (1996), entre muchos otros, todos alusivos a esa noble labor. Cada vez que podía, yo leí sus lecciones en ‘La jornada’… porque tenía mucho que aportar, fue miembro de la Comisión Redactora de la Constitución Política de la Ciudad de México en 2016.
No abundó más. Me basta con decir que Fray Miguel fue un queretano excepcional, a quien le debemos un homenaje que no se ha concretado por “razones burocráticas”. Por desgracia, el expediente duerme el sueño de los Justos en el escritorio de la inepta Directora de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAQ, Marcela Ávila Egglenton. Me parece vergonzoso que la que fue –y sigue siendo– mi casa de estudios, escatime los honores que merece tan distinguida persona… Más aún propongo, desde esta modesta columna se otorgue postmortem a Fray Miguel el premio “Hugo Gutiérrez Vega” para financiar las labores humanitarias del Centro que él fundó.