Parece simple pensar que en nuestros días, la gran mayoría somos conscientes y tenemos la información necesaria, para atender a una problemática, como lo es la disponibilidad y el saneamiento del agua. Si bien puede ser cierto, también lo es, el hecho de que hace falta ponerlo en práctica, al asociarlo al contexto en el que nos desarrollamos.
Un ejemplo de esto, es la situación del agua en el municipio de Querétaro. El municipio, caracterizado por un desarrollo industrial prominente, una actividad agrícola destacable y, un crecimiento poblacional acelerado, aún no cuenta con las condiciones para describirse como una ciudad donde existe una cultura del agua importante. Como ya se mencionaba, puede que el nivel de educación sea tal, que todos conozcamos de la necesidad de cuidar el agua, pero es claro que no muchas personas lo aplican en su día a día, aún con noticias en las que se expone la situación crítica, en la que se encuentra el agua en la ciudad. Es cierto, que aún no llegamos a niveles preocupantes, como los que se pudieran ver en estados como la Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato o Nuevo León, pero tampoco es necesario hacerlo, para tomar acciones efectivas.
Hoy en día, el Acueducto II es la línea que abastece de agua al municipio de Querétaro. Esta línea, que se comenzó a construir en 2006, fue diseñada para proveer del recurso hídrico a la ciudad por 30 años. Sin embargo, a tan sólo 12 años de su puesta en marcha, todo parece indicar, que las estimaciones no terminan por ajustarse con la demanda de la población, ni mucho menos con la capacidad de los mantos freáticos para recuperarse adecuadamente. Es decir, lo que hoy se sufre en otros estados, no parece muy lejos de la realidad de la ciudad.
Ahora, considero que gestionar el agua, no solo se trata de pensar en qué se hará y cómo se repartirá el agua limpia, sino también de lo que se hará con el agua que ya hemos utilizado. Con esto, se hace referencia a la importancia del saneamiento del agua. Querétaro cuenta con plantas de tratamiento de aguas residuales, pero las 20 que operan en la zona metropolitana, no son suficientes para tratar el agua residual generada en el municipio, pues sólo tratan alrededor de un 50% y la mayoría se destina al reúso en sector agrícola. La repartición de este recurso, debería considerar todas las clasificaciones, para que la de calidad potable sea prioridad para consumo humano.
No cabe duda, la importancia que tiene el cuidado del agua, como recurso para el desarrollo de la sociedad. En el día mundial del agua, reconocer los avances que se han tenido en materia de la disponibilidad y saneamiento del agua, es parte fundamental para la dirección (o redireccionamiento) de acciones futuras, que nos conduzcan a dicho desarrollo. Entendiendo esto, no se trata de destinar un día, a preocuparnos por la situación actual en la que se encuentra este recurso, pues por su complejidad, es un problema del que debemos actualizarnos constantemente como ciudadanos y gobierno.
El acceso al agua en cantidad y calidad necesarias, son ahora un tema que nos compete a todas y todos, no hay necesidad de llegar a un extremo para saber que hay un problema, si no tomar verdadera consciencia de nuestra responsabilidad, con la sociedad y el planeta. Al final, es a través de acciones individuales que, implementadas en colectivo y, conociendo el escenario actual, son el impulso que se requiere para avanzar en el cumplimiento de objetivos, para un mundo con una gestión más sostenible del agua.