Muy al comienzo de esta administración, infatuado por la altísima votación de más de treinta millones de sufragios en su favor, el presidente López Obrador –no sin generar por ello censura y críticas– dijo: la oposición está moralmente derrotada.
Obviamente la frase es una paráfrasis de las palabras de Benito Juárez quien le confirió condición imposible al triunfo moral de la reacción. Así se lee –desde antes de este gobierno–, en uno de los muros de la secretaría de Gobernación, junto al retrato (horrible), de Diego Rivera en honor del benemérito.
En la pintura, Juárez sentado tiene las manos sobre un escritorio con la escuadra y el compás de los alarifes. En el fondo se aprecia el fusilamiento de Maximiliano.
Pero el presidente llegó más allá. La oposición moralmente derrotada ha sido ya –desde anteayer–, electoralmente derrotada.
“…Hagan lo que hagan, no regresarán al poder…”
Obviamente esta predicción le generará censura y crítica, especialmente de quienes él llama, “medios de información, vendidos, alquilados o en manos de los miembros del bloque conservador y corrupto…”
En fin, cada quien.
Pero estas frases deben quedar para el registro. Nunca se había visto un vaticinio electoral de estas dimensiones. Tras esta contundencia las elecciones vienen a ser (o vendrán siendo), un mero requisito, un trámite, un asunto resuelto. Andrés Dixit.
Veamos:
“…También estoy convencido que cualquiera de los aspirantes que resulte triunfador en la encuesta para elegir al candidato de nuestro movimiento aplicará la misma política en favor del pueblo y en favor de la nación.
“Está asegurada la continuidad con cambio. No hay nada que temer. Eso sí, tenemos que mantenernos unidos, mirando siempre hacia el porvenir y la felicidad de nuestros semejantes, trabajando desde abajo y con la gente, y sin descuidar la estrategia que llamamos acertadamente la revolución de las conciencias para continuar avanzando en el cambio de mentalidad, para seguir politizando a nuestro pueblo y, de esa manera, con un pueblo cada vez más consciente, y en eso hemos avanzado mucho, México es de los países con menos analfabetismo político en el mundo.
“También estoy convencido que cualquiera de los aspirantes que resulte triunfador en la encuesta para elegir al candidato de nuestro movimiento aplicará la misma política en favor del pueblo y en favor de la nación.
“…Con esa consciencia vamos a seguir, con esa consciencia colectiva vamos a seguir contrarrestando la guerra sucia, las campañas de calumnias y los intentos de manipulación que seguirán llevando a cabo, porque no les queda de otra nuestros adversarios y sus medios de información, vendidos, alquilados o en manos de los miembros del bloque conservador y corrupto, pero al mismo tiempo debemos tener fe en la sabiduría y en la lealtad del pueblo; el pueblo no traiciona.
“Recordemos que el triunfo de la reacción, como decía Juárez, es moralmente imposible. Estamos constatando que la idea y la práctica de exaltar el humanismo mexicano es eléctrica y está llegando a la conciencia de millones de personas. En eso baso mi optimismo.
“Y aun cuando en política es más peligroso subestimar la fuerza de los adversarios que sobreestimarla, sostengo que hagan lo que hagan no regresarán al poder los oligarcas, continuará prevaleciendo en nuestro querido México una auténtica y verdadera democracia…”