¡Que lástima que no vino el Fiscal!, dijo desde el escenario la Senadora Xochitl Gálvez Ruiz tras un duro discurso en su participación del foro “Es Tiempo de Mujeres”. Ante diputadas, Senadoras, alcaldes y funcionarias estatales, la Senadora le dejó un recado a Alejandro Echeverría Cornejo “Le encargo a las mujeres. Díganle al Fiscal que ponga empeño especial en las mujeres desaparecidas de Querétaro. En los feminicidios”. Gálvez Ruiz, invitó a los funcionarios encargados de impartir justicia para que se pongan en los zapatos de las madres y familiares de mujeres desaparecidas “Si fuera su hija, esposa u hermana, estarían peleando ¡Ni una más!”.
Xochitl Gálvez, advirtió que aún cuando hay 9 estados gobernador por mujeres, los feminicidios no se han reducido y no todas las mandatarias se han comprometido con la causa de las mujeres, siendo ellas quienes deberían poner el ejemplo. Lamentó que en alcaldías de la Ciudad de México como Miguel Hidalgo, una mujer que denunció violencia por parte de su novio, fue desestimada por el Ministerio Público, pues no traía suficientes signos de violencia “Hoy, está muerta. Porque no tuvimos la capacidad de tomar las medidas cautelares y evitar que este personaje se acerque a ella”.
Frente a las Legisladoras locales que se dieron cita en el Querétaro 2000, las llamó a presentar iniciativas en favor de las queretanas. Y en particular, una que evite que las mujeres sean las que se tienen que ir de sus casas cuando sufren violencia “Que se vayan los maridos y que las mujeres se queden en casa con sus hijos. Señores, no se espanten. No es contra ustedes. No se valen las golpizas que mi padre le propiciaba a mi madre solo por tener más fuerza física. Las mujeres reclamamos lo justo”.
Durante su intervención, Xochitl Gálvez relató ante poco más de 4 mil mujeres la forma en la que experimentó desde temprana edad la violencia. Recordó que en el Valle del Mezquital, Hidalgo, cuando ella nació, las mujeres no valían nada “Mi madre me contaba de como mi abuelo le decía a mi abuela ¡Ojalá ya te mueras para poder traer a la otra!. Y a los 6 meses, trajo a la otra. Mi madre, se quedó a cuidar a sus hermanos desde muy chica. En condiciones de pobreza extrema. Ella creció en esta cultura de sobajar a las mujeres. Ella nunca se quejó. Después de las golpizas que le propinaba mi padre y de las que fui testigo, le decía que lo dejara. Que nos fuéramos del pueblo. Me decía que no. ¡Aquí nacimos y aquí nos vamos a morir!”.
Para la Senadora, uno de los grandes problemas de las mujeres radica en el sentido de que les han hecho creer que merecen sufrir y ello -agregó-, hace que el salir de los círculos de violencia sea una tarea complicada “Cuando le plantee a mi padre que iba ir a la Secundaria, respondió ¡Que chingada secundaria!. Ahí está el metate. Y quien se fue a la chingada fue mi papá, porque si me fui a la secundaria”. Si bien nunca pensó en ser alcaldesa y Senadora, la entonces joven Xochitl lo único claro era que no quería vivir en medio de la violencia y pobreza familiar.