San Juan del Río.- Aunque soy polvo y ceniza, me atrevo a hablar a mi Señor (Génesis 18:27); con esta referencia, mencionó la catequista que dirigió unas palabras a los primeros feligreses que acudieron a la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, a recibir la ceniza, que representa el inicio de la Cuaresma.
Al ir marcando la frente a los feligreses, monaguillos y acólitos, les lanzaban el recordatorio de “Polvo eres y en polvo te convertirás”. Con esta señal, los feligreses inician con el periodo más importante de la iglesia Católica, convocando con ello a tener conversión y reparación, para vivir los ministerios de la cuaresma, donde se representará la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús Cristo.
Cabe recordar que con el inicio de la Cuaresma la iglesia católica recomienda el ayuno, que consiste en hacer una sola comida fuerte al día y abstinencia de carne roja. No se considera pecado el no recibir la ceniza, pero sí el hecho de no respetar el Cuarto mandamiento de la Santa Madre Iglesia que dice:
Ayunar y abstenerse de comer carne ya que es una forma de tener bajo control nuestros instintos y hacer una ofrenda de sacrificio a Jesús.
Cabe señalar que, los orígenes de la Cuaresma se remontan al año 325 de nuestra era, cuando se utilizaba más comúnmente como fase de preparación para los bautizos. La duración de la festividad es un homenaje al ayuno de 40 días de Jesús Cristo cuando recorrió el desierto después de ser bautizado y antes de comenzar su ministerio. Los cristianos consideran este periodo como una prueba divina de la espiritualidad de Jesús y de su capacidad para resistir la tentación.