Cuando una figura sobresaliente en este mundo se va para siempre, como dicen ahora, eufemísticamente: trasciende, en realidad se trata de una pérdida para la humanidad como es el deceso de Edson Arantes Do Nascimento, Pelé; sin duda y para claridad de todos los inchas, el Rey, por encima de lo que muchos les adjudican a otros ídolos del futbol.
Muchas décadas atrás, Pelé, fue el primer símbolo del valor cultural, económico y de ascenso social del futbol en Brasil, éstos últimos dos, símbolos que se exportaron a otros países menos desarrollados económicamente como los de América Latina y África.
Apenas un “garoto rapaz”, para decirlo en su dulce idioma, Edson pasaba más horas jugando en las calles donde aspiró y respiró la esencia de esa danza con la que se comparó “o jogo bonito” de los brasileños que fascinaron al mundo entero, dondequiera que jugaron, desde Suecia 1958, su primera Copa, al inolvidable México 70, final que ví junto a mi padre en un restorán de Chihuahua.
Casado varias veces, siempre acompañado de mujeres hermosas, con las que procreó una prole numerosa, Pelé supo capitalizar su profesión y su fama, alejado siempre del amarillismo periodístico; lo único que alguna vez se supo fue la propuesta indecorosa que le hizo Xuxa, una conductora adolescente entonces, de programas infantiles; el delantero ya retirado, rechazó la propuesta argumentando que no le gustaban las vírgenes.
Entrado en la tercera edad, Pelé promovió en campañas televisivas en Estados Unidos, la prevención del cáncer de próstata, además de haber recibido múltiples reconocimientos internacionales como embajador de Educación y Cultura de la UNESCO, así como de Naciones Unidas y haber sido ordenado Caballero por la Reina de Inglaterra; al mismo tiempo, se desempeñó como funcionario de diversas organizaciones deportivas internacionales.
Nunca se supo de conducta reprobable, de malos manejos en su trayectoria que podríamos calificar de ejemplar, por todo lo que significa para los niños y los adolescentes que ven en los deportistas un modelo a imitar dado las pocas figuras de todos los ámbitos, que merecen respeto en estos tiempos tan cuestionables.
La biografía de Pelé se encuentra en muchos sitios de la Red pero, además de recordarla, lo que nos deja su vida como reflexión, es lo que puede calificarse como una trayectoria sin borrascas ni escándalos, una larga vida de trabajo y entrega al deporte. Grandes logros y merecimientos, para ejemplo de los nuevos futbolistas, apasionados y aficionados del balompié. Así fue Pelé.