Los últimos días del año también dan oportunidad para continuar con la injusticia. A pesar de su edad y la débil condición de su salud, Jesús Murillo Karam, ex procurador general de la República en contra de quien se acumulan acusaciones en vista de la fragilidad de los primeros cargos, fue remitido nuevamente al reclusorio.
No importa si guarda una riesgosa condición cardiaca; no. No obsta su reciente contagio del Covid. No, nada importa cuando la ineptitud de la Comisión de la Verdad necesita buscar lodo en el pasado, porque no puede investigar un caso más allá de las investigaciones refutadas, pero cuyo contenido no le conviene a la mitología del gobierno.
A Murillo lo han acusado en este proceso, prácticamente de todo lo imaginable. Y digo imaginable porque muchos de esos cargos ni siquiera merecen ser investigados judicialmente; son fabulaciones, imaginerías, pirotecnia fantástica para justificar un aparato político cuya gestión sólo ha exhibido la incompetencia de Alejandro Encinas.
Lleva cuatro años haciendo el ridículo y alguien-– en este caso JMK–, debe pagar esos platos rotos y los de mucho tiempo atrás. Y sin non es por esa vajilla partida, será por otra, tan mentirosa como la primera:
R. (07 diciembre 2022).- Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, informó que la Unidad Especial de Investigación del caso Ayotzinapa incorporó 40 nuevas evidencias en contra del ex Procurador General de la República Jesús Murillo Karam.
“El subsecretario explicó que la intención del nuevo Fiscal, el tabasqueño Rosendo Gómez Piedra, es fortalecer las acusaciones en contra del político hidalguense.
“Se está fortaleciendo todo el proceso en contra del ex Procurador Murillo Karam. Ayer informaba el señor Fiscal que se incorporaron 40 nuevas evidencias para fortalecer el proceso”, dijo.
“Esto, independientemente de la denuncia que presentó la Unidad de Inteligencia Financiera respecto al lavado de dinero y enriquecimiento ilícito por el entonces ex Procurador”.
Como aquí se aprecia si las acusaciones por violación de Derechos Humanos no prospera; si los delitos de ellas derivados, tampoco, siempre queda el brazo justiciero de Pablo Gómez, para arrojar desde la Unidad de Inteligencia Financiera, tan callada antes del fracaso alejandrino, disfrazado de informe preliminar, legajos y legajos de papeles incriminatorios, válidos o no.
Lo importante para ellos es mantener el caso vivo no a través de un proceso justo, en condiciones de seguridad (como el arresto domiciliario, la portación de un brazalete, el retiro del pasaporte, el congelamiento de cuentas o cualquiera otro), para un indiciado viejo y enfermo, sino mediante el encadenamiento de acusaciones.
Esta conducta procesal resulta absolutamente injustificable. También es incomporensible excepto si se advierte la fabricación de un chivon expiatorio. No se trata de un acto de piedad o miseicordia. Se trata del respeto a las garantías del procesado y su derecho a la presunción de inocencia.
Hoy Murillo Karam es tan inocente como el día cuando lo capturaron en un operartivo apresurado en cuya ejecución habían detenido primero a su hermano porque lo confundieron con el ex funcionario.
MARIO
Quien sabe si le pinten bien o mal las cosas a Mario Vargas Llosa. Posiblemenmte las ventas de sus libros mermen. A lo mejor las academias de lingüistica y filología lo expulsan de su seno, como la Academia Francesa y su nombre se borrará de las páginas de las enciclopedias por arte mágica. Quien sabe.
Primero, el presidente de México le niega valor literario a sus novelas, lo cual es para preocuparse, sobre todo si se toma en cuenta la autoridad cultural y hondaa sabiduría de nuestro presidente en el mundo de las letras.
Son aburridas, dijo por decir lo menos. Sobre todo las más recientes.
Y después, Isabel Preysler le canta las golondrinas.
Aunque ante esta última circunstancia yo le recordaría a mi amigo Mario aquella frase de Jardiel Poncela:
“…el que pierde una mujer (como esa), no sabe lo que gana.”