Iniciaba 2022. El presidente Andrés Manuel López Obrador padecía su segundo contagio de Covid y para fines de enero cruzaba ya espadas con el gobierno de Panamá, acusando a su canciller de actuar “como la Santa Inquisición” (por incomodarse ante la propuesta de que el historiador Pedro Salmerón fuese el embajador de México en aquel país).
El despunte del año marcó –además del ánimo presidencial encendido- una lucha intestina en Morena que a la fecha se dirime: Acabar (políticamente) con Ricardo Monreal. No sólo quitarle la coordinación del Grupo Parlamentario, sacarlo por completo de la carrera presidencial y, de ser posible, obligarlo a que renuncie al partido.
Todavía no lo logran. Varias intentonas y rebeliones se han sucedido por ello a lo largo del año. Las huestes de Claudia Sheinbaum (con anuencia de Palacio) aguijonean a la par de los Martes del Jaguar con la gobernadora campechana Layda Sansores.
Pero otras historias truculentas se han sucedido entre los de la 4T este año. Por ahí de abril reventó el broncón soterrado que traían el ex Consejero Jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra y el Fiscal General de la República (FGR), Alejandro Gertz Manero.
“Por no servirle un día, yo mismo me encontré en los caminos de la venganza que define y da sentido a la vida del Doctor Alejandro Gertz Manero…”, denunció Scherer, luego de elevar su denuncia al ámbito judicial (pleito que se ha ido subsanando).
Para julio, Pablo Gómez ya estaba más que instalado como titular de la UIF. Pero para sorpresa de todo, soltó una bomba en plena mañanera: “Les quiero decir algo que a lo mejor es una imprudencia, la Unidad de inteligencia Financiera no estaba en la lucha contra la corrupción, era parte…; ahí se las dejo”.
Los poblanos no se quedaron atrás. Ignacio Mier, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, reventó también contra el ex titular de la UIF, Santiago Nieto; el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa; el senador Alejandro Armenta y el fiscal Gilberto Higuera y presentó denuncias “por los hechos posiblemente constitutivos de los delitos de revelación de secretos, tráfico de influencias, así como delitos cometidos por servidores públicos previstos en el Código Penal Federal”.
Llegado octubre Tatiana Clouthier presentó su renuncia a la secretaría de Economía: “Una jauría rodea al presidente y no deja avanzar los proyectos, le llevan mentiras. Además, todos están metidos en la sucesión presidencial”, refirió.
Porfirio Muñoz Ledo trae su propia cruzada contra el presidente por haberle negado su anuencia para ser embajador en Cuba (ya se lo había ofrecido Adán Augusto) y hasta su salud mental cuestiona.
Y síganle sumando que hay para dar y regalar.
GEMAS: Obsequio de Mario Delgado, presidente de Morena: “Noté un gran repudio, un gran rechazo, un gran enojo de la militancia hacia el senador Monreal”.